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SOSTENIBILIDAD | 09.11.2020

La alimentación sostenible, protagonista del Greenweekend en España

Minikiwis de cultivo biológico, repostería de aprovechamiento y consumo consciente en internet ganan la cuarta edición del Greenweekend porque cada vez más personas “quieren saber de dónde viene lo que comen y quién lo produce”.

Greenweekend, la cita de referencia para los emprendedores del sector ambiental, ha clausurado su cuarta edición en Gijón con la selección de los mejores proyectos de la convocatoria. Se trata de tres propuestas que pretenden fomentar la alimentación sostenible y unos hábitos de consumo responsables

 

Kiwinbio, cultivos con “corazón” para reactivar el campo asturiano

El proyecto ganador ha sido Kiwinbio, una iniciativa liderada por la emprendedora Cristina Secades que apuesta por la reactivación del campo asturiano a través del cultivo de “minikiwis con corazón”. Salud, alimentación y medio ambiente van unidos, explica Cristina Secades: “Cada vez somos más los que intentamos transmitir la importancia de esto y queremos demostrar que son posibles modelos de producción sostenibles”.

Desde niña desarrolló un vínculo muy fuerte con la naturaleza y recuerda que sus padres le decían “la tierra siempre te dará”. Graduada en Ingeniería forestal, desde 2016 arrancó su proyecto porque tiene claro que “cada vez más personas se preocupan por su alimentación, valoran los productos locales y de cercanía y quieren conocer a la persona que produce sus alimentos.

Estos kiwis se cultivan con energía solar y eólica y nuevas técnicas de producción que reducen el consumo de agua, contribuyen al mantenimiento de razas autóctonas y priorizan la venta directa a pequeños comercios locales.

 

 

 

“Cualquier actividad humana tiene un impacto, pero lograr que este sea lo menor posible o incluso positivo es cuestión de estudio, experiencia y técnica”.

Cristina señala que estamos en un sistema alimentario “totalmente ineficiente”, que nos lleva a tirar a la basura “casi 8 millones de toneladas de alimentos, de los cuales un 42% son frutas y verduras”. Llevamos décadas en un modelo industrializado que “contribuye a la contaminación, a que el desperdicio alimentario sea cada vez mayor y los derechos de los trabajadores y las condiciones de los productores no sean justas”.

Secades lo tiene claro: no podemos sostener este sistema y la solución es impulsar proyectos que promuevan el consumo local y de temporada, comercialicen con menos residuos y colaboren con otros productores locales.

Repostería de aprovechamiento

Durante el confinamiento muchas familias experimentaron con la repostería. Tanto es así que en muchos supermercados de las grandes urbes hubo problemas de abastecimiento de productos como harina o levadura. Elena Fernández y Ana de Marcos también se animaron a hacer pruebas en la cocina. Conscientes de la cantidad de pan que se tira cada día, probaron a usar el pan como sustitutivo de la harina en recetas tradicionales.

Así nació el segundo proyecto premiado, Panduru, una iniciativa que pretende reducir el desperdicio alimentario transformando el pan que no se consume en ingredientes de repostería, sustituyendo la harina por pan rallado.

“Un tercio de la producción mundial de alimentos se pierde o se desperdicia mientras hay millones de personas sin acceso a los mismos”.

La pandemia ha puesto sobre la mesa el valor de los comercios de proximidad y Elena Fernández y Ana Marcos han querido aprovechar la oportunidad. Son las impulsoras de este proyecto de repostería circular que busca valorizar las recetas de la repostería asturiana a través de la cultura del aprovechamiento.

La cocina de aprovechamiento parte de valorizar los alimentos descartados para su comercialización, como el pan que no se vende en el día o frutas y verduras con daños estéticos, por ejemplo. Reintroduce estos subproductos en la cadena alimentaria, como ingredientes de nuevas elaboraciones porque, aunque no tengan un aspecto impecable, conservan todos sus nutrientes.

Consumo consciente, también en internet

Reducir el consumo de plásticos, dar prioridad al comercio de proximidad, reducir la huella ecológica y de carbono, comprar productos eco o bio… Las opciones para adaptar nuestro consumo son tantas que en ocasiones puede resultar abrumador. Además, en internet no siempre es fácil conocer cómo se ha producido lo que estás tratando de comprar.

Massteri, que ha quedado en tercer puesto, es un proyecto propuesto por Vanesa Barrero que pretende resolver este problema. La idea es crear una plataforma que ayude a encontrar opciones de consumo responsable y consciente, entre todas las ofertas que hoy día en Internet incitan al consumo irracional.

Vanesa Barrero defiende la importancia de prestar más atención a “la contaminación de nuestras ciudades, los desechos que generamos y de potenciar los productos de calidad y cercanía”.

En los próximos meses, los premiados recibirán un programa de acompañamiento y mentorización para contribuir a su desarrollo y lanzamiento al mercado.

El evento, organizado por Enviroo y que se ha celebrado por primera vez en formato online, ha contado con el apoyo de Gijón Impulsa, MAPFRE y Bankinter, demostrando su compromiso con el desarrollo de la economía verde.

La parte que nos toca

Tenemos un impacto en el desarrollo de los países en los que estamos presentes. Somos conscientes de la huella social que, como empresa y en el desarrollo de nuestra actividad, podemos dejar. Por ello, En MAPFRE estamos plenamente comprometidos con la Agenda 2030, la hoja de ruta que la Organización de Naciones Unidas aprobó en 2015 para contribuir a la creación de riqueza ética y humana.

Conoce en detalle la contribución de MAPFRE a estos objetivos de la Agenda 2030.