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SOSTENIBILIDAD| 30.11.2020

Aguaduna, el concepto de ciudad sostenible que quiere ser un ejemplo para el mundo

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La búsqueda de ciudades perfectas que ofrezcan entornos más amables y positivos a sus habitantes lleva unos años siendo tendencia, especialmente a raíz de la aparición de nuevas tecnologías que permiten dar un paso adelante en el anhelo de alejarse de la concepción urbanística que ha preponderado en los siglos XIX y XX.

“Las ciudades son organismos vivos y para que estas sean sanas, dinámicas y perdurables deben ser concebidas y gestionadas como un ecosistema en equilibrio. Para que nuestra generación y las venideras ganen en calidad de vida es necesario que replanteemos la simbiosis Sociedad-Naturaleza y que hagamos uso de la tecnología y del conocimiento como medio para la consecución de ciudades más habitables, más resilientes y más sostenibles”, explica Tarek Al Masri, socio de la firma Seed Global Advisoring (SGA) y responsable del desarrollo de un proyecto que quiere marcar un antes y un después en los modelos urbanísticos.

Aguaduna es un modelo de ciudad innovador, que pone en valor a las personas, la sociedad y la naturaleza”, añade al presentar la iniciativa que se está poniendo en marcha en el noreste de Brasil y en la que se prevé una inversión de 250 millones de euros en una primera fase que deberá asentar los cimientos de lo que pretende ser la ciudad del futuro, aquella que se podrá replicar en otros sitios del planeta.

 

Brasil, el lugar elegido

Aguaduna pretende sentar las bases de una ciudad que va más allá del concepto de ciudades inteligentes o smart cities, a partir de las cuales potenciar la construcción de núcleos urbanos en los que la sostenibilidad sea total, tanto en lo referente a los elementos sociales como a los medioambientales y, claro está, económicos.

Este proyecto sustentado en el trabajo y capital de las familias españolas Matutes Mestre y Espallargas, que participan en la empresa Naurigas Emprendimientos, se pondrá en marcha en el municipio brasileño de Entre Ríos, que se sitúa en el estado de Bahía, en donde pretenden tener un gran impacto a todos los niveles, influyendo positivamente en la población local.

Impacto social

Sobre el impacto que tendrá en las personas que vivan en Aguaduna —y en las poblaciones adyacentes—, cabe señalar que el propósito de la nueva ciudad es “recuperar el equilibrio entre sociedad y naturaleza para mejorar la calidad de vida de sus habitantes y preservar el entorno natural”.

Y para ello, el plan pasa por reunir primeras residencias, generar innovación —unida a la creación de empleos vinculados a sectores como Internet de las Cosas y la gestión de datos a gran escala—, así como por fomentar los espacios de educación y formación personal. De ese modo, la idea es que llegue a haber 36.000 residentes, al tiempo que se beneficia a los habitantes de Entre Ríos, que en la actualidad suman unas 380.000 personas. De hecho, las previsiones apuntan a una generación de más de 30.000 puestos de trabajo para trabajadores no residentes en las áreas de servicios y comerciales, científicos y profesionales de la tecnología, la salud, la educación y la agroindustria, además de una capacidad diaria para recibir 5.500 turistas.

Impacto medioambiental

Uno de los pilares fundamentales de Aguaduna es la sostenibilidad y el respeto por el medio ambiente. De ahí que su estructura solo vaya a estar cubierta de carreteras y edificios en un 14%, dejando el resto del terreno a superficies permeables, de las que un 37% serán áreas protegidas de Mata Atlántica, lagunas naturales y dunas, y el 49% restante estará ocupado por espacios verdes urbanizados, parques y áreas verdes.

Así pues, en este entorno con emisiones restringidas los elementos naturales tendrán un impacto medioambiental positivo. Su gran apuesta al respecto es fomentar un modelo de economía circular con el que sea posible reducir la contaminación y los residuos, prolongar la vida útil de los productos y emplear energías renovables.

Movilidad

Uno de los elementos que más contaminan en las grandes urbes es el transporte, especialmente el motorizado. Para paliar ese problema, el proyecto Aguaduna priorizará las formas alternativas de transporte e incidirá en medios de transporte autónomos, compartidos y no contaminantes.

Desde la empresa organizadora explican que la movilidad se centralizará en una terminal intermodal, que hará las veces de intercambiador para quienes no sean residentes. Además, todo el sistema de movilidad se gestionará mediante un software especialmente diseñado para optimizar los desplazamientos. Claro que en Aguaduna se intentará que estos sean cortos cuando se realizan las actividades diarias, fomentando en todo momento el uso de la bicicleta y los trayectos a pie.

Energía

Otro de los aspectos que hacen que las ciudades sean más o menos sostenibles es el modo en que se gestiona la energía. En este caso, el objetivo es crear sus sistemas de generación, distribución y control central propios, incluyendo en el proceso el uso de energía renovable de una matriz diversificada que abarca energía solar, eólica y biomasa.

Impacto económico

Cuando plantearon la puesta en marcha del proyecto Aguaduna, en Naurigas Emprendimientos tuvieron claro que una ciudad debe sustentarse sobre un potente músculo económico. Y es que, por muy bonita que sea una iniciativa de estas características, si no hay un apoyo económico detrás, es muy complicado llevarla a cabo.

Para lograrlo, se apostará por un modelo empresarial en cuyo centro se sitúe la tecnología. Por esa razón, se quiere atraer a grandes compañías que sean referentes tecnológicos. La primera que se ha subido al barco es Siemens. “Nuestra colaboración con Siemens demuestra la magnitud y trascendencia del proyecto, y ha llamado la atención de muchas otras grandes empresas que están contactando con nosotros interesados en formar parte y ser partners de este innovador proyecto que, desde luego, marcará un antes y un después en el desarrollo de ciudades inteligentes y sostenibles, creando así una nueva generación de las mismas. Aguaduna es nuestra primera creación, pero se trata de un modelo replicable que goza de un mayor recorrido, ya que queremos construir al menos una ciudad de este tipo en cada continente”, explica Al Masri.

La labor de Siemens

Entre los principales cometidos de Siemens estará poner en práctica su experiencia en servicios digitales y el uso del big data, ya que el análisis de datos será clave para la buena marcha de Aguaduna. No en vano, resultará sumamente necesario para las áreas de electrificación, gestión de residuos, seguridad y movilidad.

“Desde Smart Infrastructure España trabajamos para hacer ciudades más eficientes y sustentables gracias al desarrollo de soluciones grid edge, donde se integran los edificios, las renovables, la electromovilidad y las redes eléctricas inteligentes. Esta tecnología ya existe, y las soluciones que favorezcan la economía circular y la eficiencia energética en las ciudades, aceleradas por la transformación digital, van a tener un nuevo impulso gracias al Plan de Recuperación Verde de la UE”, apunta por su parte Fernando Silva, CEO de Siemens Smart Infrastructure en España, acerca de la participación en este proyecto que comenzará su andadura en 2021.