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COMPROMISO| 01.02.2022

¿Qué profesiones generan más confianza y cuáles menos?

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Las profesiones en las que más se confía están relacionadas con la sanidad, la ciencia y la educación, mientras que las que necesitan una mayor credibilidad apenas logran el apoyo ciudadano.

En Mapfre llevamos un tiempo hablando sobre confianza a todos los niveles, desde la confianza en las personas que nos rodean y nos han ayudado a alcanzar nuestras metas, hasta la que tenemos en nosotros mismos. Sin duda se trata de un movimiento imparable porque solo confiando es posible avanzar y evolucionar.

De ahí que sea muy interesante comprobar cuáles son las profesiones que más confianza despiertan y cuáles las que menos, ya que eso indica qué es lo más importante para las personas. Además, este tipo de estudios ofrece la oportunidad de mejorar la consideración que se tiene de ellos a algunos colectivos.

¿Cuáles son las profesiones que generan más confianza?

El hecho de cuidar de la salud de los demás siempre ha sido un buen argumento para que las personas dedicadas a la medicina sean las que generan una mayor confianza en la población. A fin de cuentas, ellas son las encargadas de velar por el buen estado de cada ser humano.

Si a esto le unimos que hemos pasado por una pandemia en la que han sido los médicos, enfermeros y demás profesionales de la sanidad quienes se han jugado el tipo para salvar la vida de numerosos enfermos, el resultado es que ese nivel de confianza se ha disparado aún más. No en vano, así lo revela el Índice de Confianza Global que ha realizado Ipsos en 28 países. El resultado ha sido que el colectivo médico obtiene los mejores resultados con un 64%, siete puntos por encima de los que tenía en la época anterior a la pandemia de coronavirus.

Curiosamente, han pasado al primer puesto desbancando a otro de los grupos que siempre han contado con una gran consideración entre la población: los científicos. Estos acaparan un 61%, lo que les coloca en una posición en la que despiertan una gran confianza entre la población.

No obstante, esto solo es la tendencia general. En lugares como España los científicos se encuentran a la cabeza con un 71% (nadie confía más en ellos en toda Europa), seguidos por los miembros del sector médico, que obtienen un reseñable 68%.

Enseñanza y seguridad

Eso sí, resulta curioso cómo en la mayor parte de los países, los resultados tienden a asemejarse. Esto se observa en la tercera de las profesiones que más confianza despiertan y no es otra que el profesorado. Al igual que los sanitarios o los científicos, los profesionales de la educación están dedicados a mejorar la vida y las posibilidades de los demás, con lo que obtienen una “nota” alta cuando se habla de confiar. Y es que, en definitiva, quienes cuidan nuestro cuerpo, quienes trabajan por hacer un mundo mejor y más sencillo y quienes nos educan, son fundamentales para el avance de cualquier sociedad.

Después de ese trío de profesiones que componen el “podio” de la confianza, llega el turno de las fuerzas de seguridad. Tanto el ejército como la policía se colocan en los puestos cuarto y quinto respectivamente. En este caso, es importante reseñar que los países donde se ha realizado la encuesta son en su mayoría democracias, de manera que los cuerpos de seguridad del estado son vistos como protectores más que como subyugadores.

PROFESORADO

Profesiones que menos confianza despiertan

En el otro lado de la balanza, los habitantes de los países encuestados también suelen situar a los mismos profesionales. En el escalón más bajo se hallan los políticos. Ya sea por una mala gestión o por el simple hecho de que se les responsabiliza de todo lo que no funciona en un estado, lo cierto es que las personas que se dedican a la política transmiten muy poca confianza.

Y es que el siguiente escalón lo ocupa un segmento de esa clase política, como son los ministros que componen el gobierno. Esto da una buena muestra de que las instituciones que nos rigen se encuentran con una alarmante falta de credibilidad que no facilita la labor que han de llevar a cabo.

El tercer puesto entre las profesiones que menos confianza despiertan es para los ejecutivos de publicidad, que tienen la difícil tarea de “vender” todo tipo de productos y servicios. Eso sí, en España hay una cuarta profesión que es la más denostada, incluso por encima del estamento político: los banqueros.

En busca de la confianza

Otro aspecto que resulta llamativo es el hecho de que las profesiones que menos confianza generan son las que precisamente dependen de la confianza de las personas para salir adelante. Mientras que los políticos deben ganársela de cara a conseguir votos, los publicistas saben que solo con anuncios honestos y creíbles conseguirán consumidores fieles a un producto.

Si nos centramos en la profesión que menor credibilidad ofrece, la política, solo hay que echar un vistazo a la situación en cualquier geografía para percatarse de que cuando lo que nos rodea va peor, la confianza en los dirigentes decrece. Por ejemplo, de acuerdo con la organización Latinobarómetro, la confianza en los diferentes gobiernos de Hispanoamérica bajó del 45% en 2009 al 22% en 2018, debido a los problemas de desigualdad y a los escándalos de corrupción. Esta situación ha empeorado aún más con la llegada de la pandemia en 2020.U

Por ello, uno de los caballos de batalla habituales en los políticos es conseguir la credibilidad necesaria como para que los ciudadanos confíen en ellos. Es en ese momento cuando surge la pregunta: ¿cómo se puede recuperar la confianza de la población?

Son muchos los especialistas y analistas que han analizado tanto los porqués de esta realidad como el modo de revertirla. Y más allá de entrar en consideraciones puras de gobierno que no vamos a mencionar, se han centrado en aquellas características que cualquier persona busca en una relación de cualquier tipo. Así pues, la credibilidad política será mayor si se cumplen estas circunstancias:

  • Mantener la palabra dicha.
  • Decir la verdad y ser íntegro, es decir, ser un verdadero ejemplo y un espejo en el que mirarse.
  • Dar sin ninguna clase de condicionantes, o lo que es lo mismo, ofrecerse como servidor público por encima de todo.
  • Ser totalmente transparente.
  • Ofrecer honestidad, especialmente en estos momentos en los que hay tanta incertidumbre.
  • Respetar a los adversarios y a los que piensan de un modo diferente.

A fin de cuentas, estamos hablando de una profesión que ya de por sí es complicada. Según Winston Churchill, “el político debe ser capaz de predecir lo que va a pasar mañana, el mes próximo y el año que viene; y de explicar después por qué fue que no ocurrió lo que él predijo”.