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SOSTENIBILIDAD | 15.01.2021

10 propósitos de año nuevo para un 2021 sostenible

Si hay algo que nos haya enseñado el 2020 es que el cambio climático ya no solo amenaza la supervivencia del oso polar. Las mascarillas, la distancia social, las restricciones de movilidad… La vida tal y como la conocemos está en peligro, por eso cada vez son más las personas que se preguntan qué pueden hacer para contribuir a la sostenibilidad y evitar la próxima pandemia.

A pesar de que la pandemia sigue causando pérdida de vidas humanas, en las televisiones de todo el mundo se sigue la distribución de las primeras vacunas como si se tratara de un partido de fútbol. Y es que flota en el ambiente la esperanza de dejar atrás un año que ha hecho estragos en las familias y economías de todo el planeta.

Sin embargo, corremos el riesgo de olvidar las lecciones que hemos aprendido de esta experiencia. Un informe de Naciones Unidas advertía recientemente que “La salud humana, animal y ambiental debe considerarse una sola para prevenir la próxima pandemia”.

La directora ejecutiva de PNUMA, Inger Andersen, insiste: “La ciencia ha dejado claro que, si seguimos explotando la vida silvestre y destruyendo nuestros ecosistemas, en los próximos años tendremos un flujo constante de enfermedades pasando de animales a humanos”.

En este sentido, es importante no perder de vista que todos debemos contribuir a un desarrollo sostenible si queremos evitar la próxima pandemia. Además, el comienzo de año es un buen momento para revisar hábitos y proponerse nuevos objetivos. Por eso, compartimos contigo un listado de acciones que puedes poner en práctica este 2021 para contribuir a la sostenibilidad.

 

Comer más vegetales y menos animales

 alimentación es uno de los cambios más potentes que se pueden hacer a nivel individual. Lo que metes en el carrito cada vez que haces la compra, tiene un impacto en el clima. Tanto es así que ha surgido una nueva corriente alimenticia: los climatarians. Son personas que reducen su consumo de productos de origen animal no tanto por el sufrimiento que se les genera, sino por mero compromiso ambiental.

Y es que para tener una dieta más sostenible la clave es consumir:

– Menos carne, sobre todo ternera
– Más fruta y verdura, mejor si es de temporada
– Producto de proximidad
– Menos envases, especialmente de un solo uso

 

Reducir el consumo de agua y energía

En casa puedes ahorrar agua con medidas como priorizar la ducha frente al baño, poner un doble botón en la cisterna y poner la lavadora o el lavavajillas solo cuando están llenos.

Aun así, gastamos agua de otras formas sin ser conscientes. Para destapar este uso de agua nació el concepto de huella hídrica, que se refiere al volumen de agua empleado para producir todo lo que consumimos. Si quieres conocer tu huella hídrica puedes usar esta calculadora.

Para reducir el consumo de energía (y también la factura) hay algunas prácticas muy sonadas como usar bombillas de bajo consumo o desconectar los aparatos eléctricos. Pero también puedes poner un fondo oscuro en tu ordenador, usar electrodomésticos eficientes o acortar el tiempo de tus duchas.

Priorizar el producto local y de proximidad

Apoyar a los comerciantes locales no solo resulta más sostenible, sino que además dinamiza la economía de la zona. Este tipo de compromisos cobran especial importancia en la situación que estamos viviendo, donde miles de pequeños comercios echan el cierre superados por los estragos de la pandemia.

Otra buena razón para comprar en el barrio es la reducción de tu huella de carbono (la cantidad de emisiones de gases de efecto invernadero que generan tus acciones). La próxima vez que cojas una fruta, mira de dónde viene y seguramente te sorprenderás de los kilómetros que ha recorrido hasta llegar a tus manos.

Recuperar formas sostenibles de movilidad

Por desgracia, la pandemia nos ha empujado al transporte privado pero dado que una de las principales fuentes de emisiones de CO2 es el transporte, merece la pena que siempre lo antes posible volvamos a sustituir trayectos en transportes contaminantes (como el coche privado o el avión) por otros más sostenibles como caminar, la bici o el transporte público. En cuanto a las reuniones de trabajo hay cada vez más asuntos que se pueden despejar por videoconferencia sin necesidad de desplazarse y es cada vez más claro que el trabajo en movilidad ha llegado para quedarse.

Reducir el consumo y la generación de residuos

No basta con reciclar, hay que ir un paso más allá y reducir el consumo de productos superfluos. Hay “trucos” como hacer una lista de lo que necesitas antes de hacer la compra.

Separar los residuos correctamente para favorecer su reciclado es otra de las primeras lecciones de consumo responsable. Además, se pueden reciclar telas o muebles y todo tipo de utensilios. Por otro lado, es imprescindible acudir a puntos limpios para deshacerse de electrodomésticos y reciclar objetos como móviles, pilas, residuos tóxicos, aceites, etc.

Por otro lado, no es necesario ser carpintero para reutilizar materiales. Casi todos nosotros ya usamos bolsas de tela en sustitución de las de un solo uso. Pero, además, puedes reparar la ropa y los accesorios que se desgastan, usar envases reutilizables, regar las plantas con agua de cocción, entre otras muchas opciones.

Ir un paso más allá

Si piensas que tú solo no puedes resolver la crisis ambiental, estás en lo cierto. Pero hay algo que sí puedes hacer: difundir las medidas o iniciativas que promueven un desarrollo sostenible. Haz de altavoz para extender el mensaje de que estas acciones garantizan un futuro mejor para todos.

Si quieres ir un paso más allá, siempre puedes sumarte a acciones de voluntariado para mejorar la vida de otras personas o cuidar de tu entorno, como hacen muchos empleados de MAPFRE.