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SOSTENIBILIDAD | 25.06.2021

La economía circular en el sector industrial, ¿un gran paso contra el cambio climático?

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La Industria 4.0 está cada vez más implantada y se está trabajando para transformar un sector que tradicionalmente ha sido muy contaminador.
La Unión Europea explica en uno de sus documentos que “la economía circular es un modelo de producción y consumo que implica compartir, alquilar, reutilizar, reparar, renovar y reciclar materiales y productos existentes todas las veces que sea posible para crear un valor añadido. De esta forma, el ciclo de vida de los productos se extiende”.

Esta reducción de los residuos al mínimo es el camino por el que debemos transitar para lograr frenar el deterioro medioambiental y minimizar así los estragos que está provocando y que provocará el cambio climático en los ecosistemas de todo el mundo. Y uno de los sectores donde se está realizando un gran esfuerzo es en el industrial, en el que gracias a las nuevas tecnologías se está apostando por abandonar el modelo económico lineal tradicional en favor de una economía circular que no solo contamine menos, sino que también abarate los procesos y los haga más eficientes y efectivos.

Adiós a las chimeneas de las fábricas

Quizás el primer paso sea conseguir desterrar la típica imagen de industrias humeantes capaces de contaminar todo lo que hay a su alrededor con la emisión de gases de efecto invernadero y la generación continua de residuos que no se tratan debidamente.

Afortunadamente, los procesos industriales están cambiando y virando a un nuevo concepto que es el que debe perdurar, ofreciendo una visión más comprometida con el medio ambiente al imaginario colectivo.

A esto se le denomina Industria 4.0 y en ella tendrá un espacio preponderante la economía circular, o lo que es lo mismo, un modelo en el que se aprovechan los recursos al máximo, de tal modo que se busca la reducción de la producción al mínimo indispensable, la reutilización y el reciclaje de elementos, el empleo de materiales biodegradables y el uso de energías renovables. No en vano, una de las tendencias que más adelante apuntaremos es la creación de polígonos industriales basados en procesos de economía circular en los que se cuenta con instalaciones de paneles solares para la generación de electricidad.

No cabe duda de que este cambio supondrá una revolución que ha de estar respaldada por los gobiernos y las instituciones internacionales, ya que muchos países que están viviendo un despegue económico probablemente no tengan como prioridad la evolución de su sector industrial hacia un modelo en el que impere el cuidado del medio ambiente.

Ventajas de la economía circular en la industria

En resumidas cuentas, la adopción de procesos que lleven a la economía circular ofrece como principales beneficios a las empresas los siguientes:
  • La utilización de los productos y materiales resulta más eficiente, lo que se traduce en un mayor ahorro.
  • La contaminación disminuye considerablemente gracias al reciclaje y la reutilización de los materiales, así como al empleo de energías renovables.
  • Se consigue una mejor gestión del stock de los diferentes elementos que se requieren para llevar a cabo la actividad industrial.
  • Formar parte de una carrera que de un modo u otro se va a llevar a cabo. No en vano, forma parte de la Agenda 2030. Así que apostar por un modelo diferente puede provocar que se obtengan buenos resultados a corto plazo pero muy malos a medio y largo.
  • A todo esto hay que añadir la reputación de las compañías del sector industrial. Está demostrado que los consumidores están cada vez más preocupados por el modo en que se fabrica lo que posteriormente van a consumir, de manera que el respeto por el medio ambiente y la apuesta por un modelo como este repercutirá en la buena reputación, lo que se traducirá en una excelente acción de RSC.

En este sentido, CESVIrecambios, el Centro Autorizado de Tratamiento de Vehículos Fuera de Uso de CESVIMAP, descontamina componentes peligrosos —baterías y fluidos del vehículo— y recupera los materiales de los coches dados de baja: acero (actualmente, la mayor parte del peso total), aluminio, plásticos, cableado de cobre y vidrio…, materiales que pueden reutilizarse en multitud de usos industriales.

En un ejercicio de economía circular y de empoderamiento de los ciudadanos (como el “derecho a reparar”), vuelve a proponer un segundo ciclo de vida para más de 1.500.000 de piezas, proponiendo a particulares y talleres un aprovisionamiento de recambio de calidad, a buen precio y con garantía. De esta forma, el ciclo de vida de los productos se extiende. Volver a utilizar las piezas para el mismo fin con el que fueron diseñadas contribuye a reducir el impacto medioambiental, reduciendo los residuos al mínimo.

¿Qué es la simbiosis industrial?

La economía circular en el sector industrial lleva presente unos cuantos años, especialmente en el concierto europeo, donde la Comisión Europea ha hablado en sucesivas ocasiones de Simbiosis Industrial, un término que hace referencia a un sistema sostenible e integrado en el que se han de aprovechar los recursos que se infrautilizan.

Además, se aboga por encontrar sinergias con otras empresas de un ámbito cercano para el desarrollo de productos, servicios y soluciones que aporten innovación. “La simbiosis industrial es el uso que hace una empresa o sector de los subproductos (entre los que se incluyen la energía, el agua, la logística y los materiales) de otros”, se explica en el documento “La eco-innovación en el corazón de las políticas europeas” de la web oficial de la UE, donde también se apunta que “en una economía desarrollada, en la que existen numerosas actividades industriales, se generan muy diversos subproductos y los usos que pueden hacerse de los mismos es igualmente diverso”.

Aplicar la tecnología es la clave de la Industria 4.0

La Industria 4.0 y la puesta en marcha de procesos que conduzcan a una economía circular solo es posible gracias a la irrupción de las nuevas tecnologías, ya que sin su ayuda sería impensable conseguir un control total de cada uno de los procesos que son necesarios para que se produzca el cambio.

Es el caso del análisis masivo de datos (Big Data), la inteligencia artificial, Internet de las Cosas y la robótica (clave para evitar los errores humanos). Mediante todas ellas, la industria ha dado un gran paso adelante, haciendo posible que las máquinas se comuniquen entre sí, se realice una interpretación exhaustiva de toda la información que se recoge y, gracias a la Inteligencia Artificial y a la capacidad de aprendizaje de la propia tecnología (machine learning), se puedan acometer las iniciativas de economía circular con el convencimiento de que va a ser un cambio exitoso.

¿Y dónde aplicamos la economía circular?

La economía circular no solo se refiere a los procesos de producción, sino a las instalaciones en las que se llevan a cabo. “Además de estar relacionada directamente con la Agenda 2030, cabe señalar que supone un ambicioso objetivo al que han de aspirar no solo las edificaciones industriales individualmente, sino los polígonos o los parques empresariales como espacios donde se concentran todo tipo de actividades, muchas de las cuales convergen entre sí de manera que pueden colaborar en el fomento del autoabastecimiento energético, del reciclaje y del uso comunitario de algunas infraestructuras y comunicaciones”, explica Eduardo Francisco Vílchez López, Decano del Colegio de Ingenieros Técnicos de Obras Públicas de la Zona de Alicante, en un artículo publicado en el periódico Información.

Este profesional apunta de este modo cuál es la tendencia que comienza a imperar y de cuyo futuro dependerá que se consigan los objetivos de ahorro económico, de cuidado del medio ambiente y de consumo responsable propios de los nuevos tiempos que se avecinan. Y es que, es el camino para frenar el cambio climático y cambiar para siempre el concepto de industria.