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INNOVACIÓN| 06.02.2024

¿Están nuestros hijos protegidos ante un ciberataque?

Jose Mendiola Zuriarrain

Jose Mendiola Zuriarrain

Economista, periodista y autor

El Día de Internet Segura resalta su importancia en un momento crucial para los jóvenes: la transición a la adolescencia y el comienzo de la educación secundaria. Este periodo marca un cambio significativo en las dinámicas familiares, con la expansión del círculo social de los adolescentes y el incremento de su independencia. Los padres, ante un entorno online en evolución, sienten una preocupación creciente por la seguridad de sus hijos. Aspectos como el uso del tiempo en internet, la creciente demanda de privacidad y los primeros desplazamientos sin supervisión paterna intensifican la sensación de falta de control.

A medida que los jóvenes crecen, surgen nuevos desafíos. Comienzan a manejar sus dispositivos digitales con más autonomía, lo que lleva a una mayor privacidad y a un menor control parental directo. Esta situación genera un dilema para los padres: cómo proteger a sus hijos de los peligros en línea sin restringir su independencia o invadir su espacio personal. El Día de Internet Segura enfatiza la necesidad de encontrar un equilibrio, alentando a las familias a implementar estrategias que promuevan un uso seguro de internet y a fomentar un diálogo abierto para abordar conjuntamente los desafíos de este entorno en constante cambio.

¿Cómo son los ciberriesgos?

El ciberbullying, una amenaza persistente en el mundo digital, se caracteriza por su naturaleza reiterativa, lo que agudiza su impacto en las víctimas. La pronta detección resulta fundamental para atajar su avance y mitigar sus efectos nocivos.

El temor predominante entre los padres es la ignorancia de que su hijo pueda estar siendo acosado en línea y la incapacidad de intervenir a tiempo. Los expertos enfatizan la importancia de la detección temprana; frecuentemente, se observa un lapso considerable entre el inicio del ciberacoso y su identificación y acción correctiva. El proceso de toma de conciencia suele ser progresivo: primero lo descubren los iguales de la víctima, seguidos por los padres y finalmente la institución educativa.

Las víctimas a menudo se resisten a compartir su experiencia de ciberbullying debido a la falta de canales de comunicación efectivos o, más comúnmente, por el temor a las repercusiones. El silencio puede llevar a un empeoramiento de la situación, con amenazas que se intensifican, la posibilidad de que el acoso trascienda al ámbito físico o que dé como resultado la estigmatización y el aislamiento por parte de su entorno. Este miedo a las consecuencias subraya la necesidad de establecer un diálogo abierto y seguro en el entorno familiar y escolar, así como de promover políticas y programas de prevención que permitan a los jóvenes expresarse y buscar ayuda en un marco de confianza y apoyo.

Cómo protegerse ante la posibilidad de un ciberataque en los componentes de una familia

La seguridad en línea para los más jóvenes requiere de herramientas que evolucionen con ellos. Para niños menores de 14 años, es crucial disponer de sistemas de control parental ágiles que protejan sin restringir el acceso a contenidos educativos. Estos sistemas deben ser flexibles y proporcionar una seguridad eficiente acorde a las necesidades de crecimiento y aprendizaje de los menores.

Es importante contar con soluciones integrales que agrupen control, seguimiento y alertas de detección temprana para una ciberprotección efectiva. Las herramientas que avisan a los padres sobre posibles amenazas en línea son especialmente útiles, ya que permiten una respuesta rápida a situaciones potencialmente peligrosas. Estas funcionalidades, junto con la educación digital y la comunicación constante en el ámbito familiar, son claves para construir un entorno digital seguro y colaborativo entre padres e hijos.

En conclusión, el salto tecnológico que implica la introducción de los smartphones en la vida de los jóvenes alrededor de los 12-13 años plantea retos significativos en términos de autonomía y construcción de la identidad. Los padres buscan mantener la visibilidad sobre las interacciones digitales de sus hijos y enfrentar los desafíos que esto conlleva.

Es esencial equipar a las familias con herramientas eficientes y recursos de apoyo que les permitan abordar con seguridad los riesgos digitales. Estas soluciones deben adaptarse a las diferentes etapas del desarrollo juvenil, fomentando un hogar digital seguro y armónico. Con una estrategia enfocada y adecuada, las familias pueden navegar con éxito por el contexto digital y tecnológico, preservando la armonía y la seguridad familiar.

En MAPFRE, en nuestro propósito de acompañar a las familias y contribuir a su seguridad y tranquilidad, investigamos de manera constante los nuevos retos que la tecnología y la sociedad plantean en materia de ciberseguridad, así como el impacto que genera en las dinámicas del hogar entre padres y adolescentes.

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