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SEGUROS| 12.07.2021

Del lanzamiento de un satélite a las pruebas de un submarino. Así es el negocio de los grandes riesgos. 

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Alfredo Arán recuerda la evolución de MAPFRE GLOBAL RISKS, que hoy asegura a las principales empresas del Ibex y muchas de ellas son clientes del Grupo desde hace más de 30 años. 

Alfredo Arán se jubila después de una larga trayectoria en diferentes compañías aseguradoras y los últimos 21 años en MAPFRE, con diferentes cargos de responsabilidad. Seguirá siendo consejero de MAPFRE GLOBAL RISKS y de su consejo asesor y aportando su experiencia en diferentes asociaciones sectoriales. Participó en la creación de la unidad de MAPFRE GLOBAL RISKS y ha visto, vivido y siente satisfacción por ver cómo MAPFRE ha pasado de ser una compañía que tenía un papel muy minoritario en el negocio de los grandes riesgos a asegurar a las grandes compañías del Ibex y acompañarlas en su expansión internacional por todo el mundo.

Alfredo Arán lleva el seguro en las venas, aunque llegó a él por casualidad. Empezó con 18 años a trabajar en La Unión y el Fénix, porque su padre “que mandaba mucho en casa, como casi todos los padres de la época” decidió que si quería trabajar tenía que hacerlo en un sitio “serio” y aquella empresa le pareció “el lugar perfecto”.

El negocio asegurador ha marcado hasta tal punto su vida que gracias al seguro conoció a su mujer, Susannah, en una cena en 1996 en la que celebraba junto con compañeros y el bróker de la operación el haber conseguido la licitación para hacer los seguros de la aerolínea Air Comet.

Alfredo ha sido siempre un gran deportista. Es corredor de maratones (sólo ha corrido 47…) de las cuales 10 veces la de Nueva York. Ahora que se jubila tiene tres retos por delante: cruzar el Atlántico a vela con su hermano mayor y perfeccionar su inglés, porque, aunque lleve casado casi un cuarto de siglo con una inglesa y en su casa se hable indistintamente inglés y castellano con sus hijos, es un asunto que tiene pendiente. “Impossible is nothing”, ironiza. Y el tercer reto es volver a la universidad para cultivar su espíritu, estudiando una carrera de Humanidades.

¿Cómo nace MAPFRE GLOBAL RISKS?

A principios del siglo XXI, MAPFRE era líder de los seguros de la pequeña y la mediana empresa, pero prácticamente no tenía ninguna posición en los grandes riesgos, por lo que se considera estratégico llegar a liderar también este segmento de mercado. En 2004, MAPFRE se hace con MUSINI, la empresa de capital público que aseguraba gran parte de las mayores empresas españolas. Esa adquisición no es sólo la cartera de clientes de la compañía de seguros líder del negocio de grandes riesgos en España sino también un equipo muy profesional y especializado: el mejor equipo dedicado a asegurar grandes riesgos del mercado español. Con estos fundamentos en el año 2008 se constituye MAPFRE GLOBAL RISKS, en el que confluyen una cartera de clientes importantes, un equipo de primera fila y la red internacional de MAPFRE, que permite dar servicio a las multinacionales españolas en todo el mundo.

¿Qué es lo que recuerdas de aquellos momentos en los que se empezaba a configurar esta unidad?

Fueron momentos realmente apasionantes en los que se juntaba la privatización de las grandes empresas españolas, su desembarco internacional (fundamentalmente en Latinoamérica) y la capacidad de MAPFRE para poder prestar un servicio especializado.  Con ese bagaje, decidimos dar un paso más y ofrecer estas soluciones aseguradoras y servicios también a las grandes corporaciones empresariales en todos los países donde MAPFRE tenía negocio de seguro directo.

¿Cómo ha ido evolucionando? ¿Qué empresas aseguran?

Hemos ido creciendo junto con las grandes empresas españolas y esto es una gran satisfacción. Muchas de estas empresas son clientes de MAPFRE desde hace más de 30 años, como las grandes energéticas (Repsol, Cepsa, Endesa, Naturgy o Iberdrola), las grandes constructoras (Dragados, Ferrovial, Acciona, OHL o Sacyr, por ejemplo), grupos industriales (Arcelor Mittal, Acerinox, Mondragón), las grandes cadenas hoteleras (Riu, Iberostar, Meliá) o empresas tan importantes como Telefónica, Iberia, Prosegur o Navantia, por citar sólo algunas. Pero hay muchas más.

Durante estos años, también en Latinoamérica hemos conseguido asegurar a grandes corporaciones, como Ecopetrol o Carvajal en Colombia, Pemex o Aero México en México, CMPC o Colbum en Chile, Gloria o Romero en Perú, y a Usiminas o Brasken en Brasil.

Pero tampoco podemos olvidar a grandes grupos europeos, como el francés Engie, o el italiano Enel.

¿Qué aporta esta unidad al Grupo MAPFRE?

Lógicamente, además de negocio (1.256 millones de euros en primas en 2020), permite a los clientes de grandes riesgos conocer las empresas de MAPFRE en sus mercados locales, que son las que emiten las pólizas de estos grandes clientes, y acceder a cualquier servicio de MAPFRE para completar cualquier necesidad que tengan (pólizas de salud, planes de ahorro, etc…).

Se trata de un negocio que hay que analizarlo a largo plazo y si nos fijamos en series históricas largas, ha sido positivo para el Grupo MAPFRE y seguirá siéndolo.

¿Qué ha sido lo más difícil de asegurar durante todos estos años?

Constantemente tenemos que estar innovando y creando nuevos productos que se adapten a la necesidad de nuestros clientes. Nos enfrentamos con ellos a la aventura de lanzar un satélite al espacio, por ejemplo, con una cobertura que dura sólo unos minutos y en la que se está asegurando todo el valor del satélite (muchos millones de euros), o a probar un submarino de la Armada Española en el que se cubre desde su construcción en los astilleros hasta sus pruebas en mar abierto.

¿Qué importancia tiene un gestor personalizado para cada empresa en este negocio?

Conocer muy bien al cliente es fundamental en este negocio y conocerlo no sólo en el momento de la contratación o cuando tiene un siniestro. Hay que acompañar al cliente en sus estrategias y sus desarrollos, vivir sus necesidades e intentar ofrecerle siempre las mejores soluciones aseguradoras y servicios. Para ello es imprescindible contar con una plantilla muy especializada para poder atender empresas tan diferentes en sus necesidades, como puede ser una línea aérea, una empresa minera, un gran complejo industrial, una carretera que cruza los Andes o una cadena de hoteles en el Caribe, por citar ejemplos de lo más dispares.

¿Qué papel desarrollan los brokers y los corredores en la gestión de los grandes riesgos?

Siempre han tenido un papel fundamental en la cadena de valor para los clientes de empresas y, en particular por su especialización, complejidad e internalización para los grandes riesgos. En estos momentos, en los que los mercados de seguro y reaseguro están en un ciclo duro, desempeñan un papel todavía más importante, ya que pueden aportar muchas capacidades de asesoría y servicios para los clientes.

Un siniestro puede suponer la desaparición de una empresa si no está bien asegurada, ¿tanta es la importancia de contar con un buen seguro… o mejor, contar con el seguro adecuado?

Sin duda. Las empresas están expuestas a múltiples riesgos que, en caso de no contar con un seguro adecuado, pueden llevar a su desaparición. Los gestores de riesgos deben intentar conseguir las coberturas adecuadas, no solo para los riesgos tradicionales (daños, responsabilidades, inundaciones, robos, etc) sino también para los riesgos emergentes (los derivados de la tecnología, los ciberataques, las pandemias, los medioambientales o reputacionales), como acabamos de comprobar ahora mismo con la pandemia.

Cualquiera de estos riesgos puede llevar a la desaparición de la empresa, aunque algunos, por tener la consideración de sistémicos son prácticamente imposibles de cubrir en el mercado actual tal y como está estructurado. Esto sólo será posible si las Administraciones competentes de todo el mundo se toman en serio la necesidad de la colaboración público–privada para poder otorgar alguna de estas coberturas tan demandadas por los clientes.

¿Qué es lo más difícil en la gestión de un programa de seguros para una multinacional que opera en diferentes países con negocios distintos y con legislaciones diferentes?

Desde el punto de vista técnico, sin duda la gestión del riesgo catastrófico. No es lo mismo gestionar un incendio en una planta industrial que un huracán o un terremoto con efectos en diferentes lugares.

En el plano legal, sin duda, adaptarnos a las diferentes regulaciones sectoriales que existen en cada país. Ahora mismo, por ejemplo, MAPFRE GLOBAL RISKS está ayudando a emitir pólizas para sus clientes en más de 100 países diferentes, con la complejidad que esto tiene, por lo que es necesario un esfuerzo considerable para conocer la realidad aseguradora de cada uno de esos mercados.

¿Cómo se gestiona un siniestro de las características que puede ser cualquiera de los de Global Risks?

Nuestros clientes tienen dos tipos de siniestros: los siniestros de frecuencia (similares a cualquier siniestro) y los de intensidad (que estos son los más duros, porque pueden llegar a ser muy severos). Ejemplo de estos últimos, serían el terremoto de Chile en 2010, en el que MAPFRE indemnizó con más de 600 millones de euros a sus clientes, los grandes huracanes del Caribe (Emily, Wilma o María) que, por desgracia, periódicamente afectan a nuestros clientes en esa zona o grandes incendios que afectan a una planta industrial, como ocurrió con Campofrío o El Pozo. 

También recuerdo la pérdida de combustible del satélite Amazonas en 2004, con un coste de 60 millones de euros, o algo que puede afectarnos a todos, como fue un apagón eléctrico en el año 2007, que dejó sin suministro a casi 300.000 personas durante cuatro días.

Todos los siniestros, pero estos últimos especialmente, los de intensidad, requieren de una gestión muy profesional y adecuada a las circunstancias en las que se ha producido, y para ello contamos con la colaboración de las principales firmas mundiales de peritación que nos ayudan a tramitarlos adecuadamente. 

¿Por qué es tan importante la gerencia de riesgos en una multinacional?

MAPFRE siempre ha apostado por la gerencia de riesgos, ya que es absolutamente fundamental para poder gestionar adecuadamente los riesgos que se producen en nuestros clientes. En el año 2019, dimos un paso importante para el reconocimiento y la visibilidad de aquellos clientes que realmente destacan en esta materia, creando el premio internacional a la excelencia en la gestión de riesgos. Hasta el momento lo hemos entregado en dos ocasiones, en el año 2019 al grupo hotelero español RIU y recientemente, en este año 2021, a la multinacional chilena dedicada a la extracción y elaboración del cobre Sigdo Koppers.

Recientemente se han celebrado las jornadas internacionales de MAPFRE GLOBAL RISKS esta vez en formato virtual. ¿Qué han aportado todas estas jornadas desde que se empezaron a celebrar hace varias décadas?

Acabamos de celebrar la 27ª edición de las jornadas de MAPFRE GLOBAL RISKS, que dadas las circunstancias provocadas por el COVID han tenido que ser virtuales. A lo largo de los años hemos constatado que estas jornadas se han convertido en un auténtico referente para el sector de los riesgos globales, diferenciando a MAPFRE como una empresa que ha conseguido crear un evento único donde se reúnen cada dos años nuestros clientes, brokers y corredores, peritos y abogados para compartir sus experiencias y acercarse a las últimas tendencias de mercado.

Ahora tiene el mejor activo, tiempo, para cumplir los tres retos que tiene por delante. ¡Animo!