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INNOVACIÓN| 08.11.2023

Los robots autónomos de delivery: impulso sostenible en la distribución

Teresa Majeroni

Teresa Majeroni

Coordinadora de desarrollo de negocio y directora de comunicación de CESVIMAP

En la búsqueda continua de soluciones innovadoras, los robots autónomos de delivery han emergido como una pieza clave en la revolución de la logística, ofreciendo no solo eficiencia, sino también una significativa contribución a la sostenibilidad ambiental. Estos autómatas podrán llegar a transformar la forma en que recibimos nuestros paquetes.

La entrega de última milla es el talón de Aquiles de las empresas de logística; requieren mucho tiempo y mano de obra y suponen hasta el 28% del coste total de los envíos, según el grupo de investigación Euromonitor International. Por ello, desde hace años se está investigando en robots autónomos de delivery que puedan navegar el 99% del tiempo sin intervención humana, ayudados por un algoritmo que localice las rutas de reparto más eficientes. Su ventaja en costes entrará plenamente en juego cuando alcancen la economía de escala. Según la consultora Atos, más del 60% de los compradores cambiarían de plataforma de comercio electrónico para evitar gastos de envío adicionales.

Los robots de entrega están diseñados de manera eficiente energéticamente hablando: optimizan rutas y minimizan el consumo de energía. Su capacidad para realizar entregas con precisión y rapidez contribuye a la reducción de la huella de carbono de métodos de entrega convencionales, como camiones de reparto.

En comparación con vehículos tradicionales, los robots autónomos de delivery son inherentemente más pequeños y livianos, y suelen circular por las aceras en lugar de por la calzada. Al consumir menos recursos, se reduce la congestión del tráfico o la necesidad de estacionamientos, y se minimiza el desgaste de las carreteras, contribuyendo a la sostenibilidad de la infraestructura urbana.

 

Aunque los grandes centros de distribución proporcionan volumen y escala, hacer llegar los pedidos a los clientes “a la carta” y de forma rentable es cada vez más difícil. Estos robots tratan de impulsar el comercio local, ofreciendo entregas rápidas y asequibles para pequeñas empresas. Al facilitar la logística de última milla, promueven la preferencia por las compras locales, reduciendo así las distancias de entrega y disminuyendo los impactos ambientales asociados con entregas de larga distancia.

La movilidad sostenible trata de disminuir la dependencia de combustibles fósiles, y evolucionar la industria de la entrega hacia prácticas más sostenibles. Muchos de estos robots son diseñados para ser alimentados por energías renovables, como la solar o la eléctrica. Del mismo modo, como los sistemas de entrega son más eficientes, disminuyen los embalajes necesarios (en forma de plástico, cartón…).

Su tecnología de vanguardia incorpora GPS, así como avanzados sensores y cámaras – pueden llegar hasta 12 – que les permiten ver por dónde van. Se desplazan a unos 6 km/h (similar a la velocidad de un peatón), lo que condiciona el tipo de productos que se entregan (se ha de tener en cuenta en envíos de, por ejemplo, comida caliente para que no se enfríe). Con inteligencia artificial (IA), generan rutas óptimas, evitan obstáculos y ofrecen un servicio rentable con unos costes de reparto que reducen los tradicionales hasta en un 65%. La tecnología embarcada les permite sortear objetos y personas con los que puedan cruzarse, hacer un seguimiento del pedido en tiempo real – el usuario conoce todos los movimientos del robot hasta que se produce la entrega – y recopilar información sobre el proceso de reparto. ¿El objetivo? Utilizar estos datos para optimizar las operaciones, y mejorar la eficiencia y la experiencia del cliente.

CESVIMAP, laboratorio de movilidad de MAPFRE, experimenta con esta tecnología, además de que con otros vehículos autónomos que ya circulan por las calles de España. CESVIMAP ha analizado los robots de reparto Goggo, identificando riesgos y oportunidades en su desempeño actual, así como su circulación por carretera; también está detrás de otros proyectos que se están investigando en MAPFRE, como los shuttles autónomos de movimiento de personas, desarrollados por el Centro tecnológico de Automoción de Galicia (CTAG).

ROBOTS

¿Qué empresas trabajan con robots autónomos de delivery?

Starship Technologies: esta empresa se caracteriza por robots de entrega autónomos de seis ruedas para entregar alimentos y productos en distancias cortas. Operan eléctricamente y optimizan las rutas de entrega en áreas urbanas. 

Nuro: desde hace más de 7 años ha probado con múltiples plataformas de vehículos para conocer la autonomía de sus robots en la zona de la bahía de San Francisco, Los Ángeles (California) y Houston (Texas). Su flota consta de varios vehículos, cada uno con una función característica, desarrollado sobre un marco Machine Learning para mejorar sus sistemas de percepción y comportamiento. 

Kiwibot: se especializa en robots de entrega autónomos de cuatro ruedas, particularmente utilizados en la entrega de alimentos. Sus miles de robots operan en 35 localidades y universidades de todo el mundo. Su servicio está disponible en aplicaciones como Grubhub y Everyday de Sodexo. 

Amazon Scout: el pequeño robot de entrega autónomo de seis ruedas de Amazon comenzó a operar en 2019 en Seattle, con la idea de expandirse al sur de California, Georgia y Tennessee. En 2022 la gran tecnológica canceló las pruebas de entrega a domicilio y reubicó al equipo técnico que lo impulsaba -más de 400 personas-. 

Amazon Prime Air: Amazon también tiene un servicio de entrega de paquetería utilizando drones. Según la compañía, los drones entregan los pedidos en menos de 30 minutos, y pueden evitar obstáculos del entorno (árboles, arbustos, cableados eléctricos, edificios, estatuas, etc.) gracias a su tecnología de sensores y cámaras. En la actualidad, los drones operan en Lockeford (California) y College Station (Texas), pero ya ha anunciado que en 2024 se incorporará una tercera ciudad de Estados Unidos y el servicio dará el salto a Europa, en concreto a Italia y Reino Unido.  

Alibaba: desde 2020, más de 500 robots eléctricos sin conductor, apodados Xiaomanlv o “burritos” en mandarín, realizan entregas en campus universitarios de toda China. Para lograr economías de escala, la empresa ha puesto a prueba estos robots en campus universitarios con estaciones muy concurridas – que reciban más de 4.000 paquetes al día -. 

Goggo Network: fundada en 2018, su objetivo era operar flotas de vehículos autónomos en Europa y contribuir a desarrollar el sistema de licencias para su circulación.​ En 2021, realizó pruebas del primer food truck autónomo en circular por las calles de España, que recogía comida de restaurantes para su venta posterior en la vía pública. Ese mismo año presentó, junto con Glovo, su robot delivery en Madrid. En 2023 la empresa ha cancelado todos sus proyectos.​ 

Estos ejemplos representan solo una fracción de la carrera tecnológica por asentar robots de entrega como el nuevo futuro de la distribución.

Riesgos asociados

Sin embargo, el despliegue de estos robots autónomos requiere una inversión inicial, con unos costes de pruebas y fabricación elevados. Antes de comenzar a prestar servicios en una zona nueva, tienen que mapearla para asegurarse de que el robot pueda recorrer la ruta.

Cuando hablamos de riesgos, hablamos de:

Vandalismo: dada su naturaleza autónoma, los robots pueden ser susceptibles de robo o vandalismo. Frente a ello, son relativamente pesados para recogerlos o moverlos, y, si alguien intenta levantarlos, volcarlos o manipularlos, suena una alarma como elemento disuasorio. Cada robot se rastrea por GPS con una precisión de centímetros, y la tapa se bloquea durante todo el trayecto de entrega para proteger los artículos que contiene. Sólo pueden ser desbloqueados por el cliente en el destino de la entrega, a través de un código.

Obstáculos en el entorno: los robots de entrega pueden superar dificultades para navegar a través de entornos urbanos complejos con obstáculos imprevistos como peatones, bicicletas, o elementos en la vía.

Normativas: las regulaciones locales no están adaptadas aún a la presencia de estos robots nivel 4 de autonomía en espacios públicos, limitando su despliegue.

Interacciones con peatones: algunas personas pueden sentirse incómodas o inseguras al compartir espacio con robots, especialmente en entornos concurridos.

Condiciones meteorológicas: factores climáticos como lluvia intensa, nieve o vientos fuertes afectan a la movilidad y eficacia de los robots de entrega, limitando su capacidad operativa.

Mantenimiento y fallos técnicos: los robots autónomos están sujetos a desgaste y posibles fallos técnicos, interrumpiendo las operaciones de entrega.

Seguridad Vial: aunque los robots están programados para cumplir con normas de seguridad, su reducido volumen no permite conocer cómo interactuarán con el tráfico vehicular y si otros usuarios de la vía respetarán su presencia.

Integridad de la entrega: garantizar la entrega segura es esencial. ¿Qué hacer si los destinatarios no pueden interactuar adecuadamente con el robot o se requiera la intervención humana para completar la entrega?

¿Llegarán los robots de delivery a revolucionar la eficiencia logística? Actualmente, diversas empresas y centros de investigación, como CESVIMAP, estudian su papel en la construcción de un futuro más sostenible, también desde el punto de vista de su aseguramiento.

Desde la eficiencia energética hasta la reducción de residuos, estos autómatas representan la vanguardia en la convergencia de la tecnología y la responsabilidad ambiental, allanando el camino hacia una entrega más verde y eficiente.

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