FINANZAS | 12.05.2021
Cambios fundamentales, pero inadvertidos, en el ahorro
Director general territorial de Mapfre Dirección Territorial Norte
Esa necesidad no es consecuencia sólo de la incertidumbre. También ha cambiado lo que se conocía en economía como el “ciclo de vida”. Tradicionalmente, ese concepto señalaba que los hogares tenían más gastos que ingresos durante su etapa inicial y tras la jubilación, mientras que generaban ahorro durante toda la etapa intermedia. Este modelo ahora se ve amenazado por la mayor inestabilidad laboral y por la mayor esperanza de vida. Por tanto, para mantener una capacidad de gasto relativamente estable en todas las etapas es necesario acudir a esa planificación detallada de un profesional, en base a los objetivos que permiten a la familia programar su futuro. Es más, el aumento de la esperanza de vida incrementa también la necesidad de complementar las pensiones públicas con las privadas.
En este sentido, en MAPFRE manejamos el concepto de “Ciclo de Vida EPSV” (gestión discrecional de las EPSV en función de factores de selección), que tiene como objetivo facilitar al socio la gestión de su ahorro para la jubilación. Se distribuyen los derechos económicos del socio en base a dos factores: la edad del partícipe y el perfil de riesgo. Para lograr este objetivo, se constituyen ocho carteras formadas por tres EPSV’s. A su vez, estas EPSV’s estarán formadas por fondos de inversión de la casa, excepto la EPSV Mapfre Renta, que está formada únicamente por instrumentos de corto plazo, y cada cartera tendrá unos límites máximos de inversión en renta variable, previamente fijados. Los derechos económicos del socio son distribuidos a lo largo de la vida de éste hasta el momento de su jubilación.
Foco en los criterios ASG
A todo esto, se añade otro problema. Cuando se trata de invertir ese nuevo ahorro, nos encontramos con un entorno de tipos cero, que parece que se va a prolongar en el tiempo, con menor visibilidad en los mercados financieros, y con aumentos muy pronunciados de las comisiones bancarias que perjudican los saldos inmóviles. Esto limita todavía más las opciones de actuación de las familias por su cuenta. Sin embargo, es precisamente este entorno en el que la solución viene dada por una gestión activa profesionalizada.
En conclusión, tras la pandemia y su crisis económica asociada se habla de múltiples cambios de todo tipo. Pero uno de los que pasa más desapercibido, aunque de mayor calado social, es el que afecta a las nuevas necesidades de planificación financiera de las familias, que cada vez más sólo puede ser satisfecho por profesionales. De eso depende el bienestar económico de multitud de familias en el futuro.