MAPFRE
Madrid 2,276 EUR 0,03 (+1,16 %)
Madrid 2,276 EUR 0,03 (+1,16 %)

TRANSFORMACIÓN | 03.11.2020

Mariano Esteban: “Debemos tener confianza en la comunidad científica; somos los que mayor responsabilidad tenemos”

Thumbnail user

En la semana de la Ciencia y la Innovación 2020, retomamos con Mariano Esteban, investigador del CSIC, jefe del Grupo Poxvirus y Vacunas del Centro Nacional de Biotecnología (CNB) y miembro del comité científico de la OMS, un seguimiento de su proyecto de vacuna para lograr una salida a la COVID-19 y los aprendizajes que acumulan desde la anterior entrevista cuando se declaró la pandemia. El científico se muestra rotundo: hay que concienciarse de que el virus seguirá ahí con nosotros y hay que evitar el contagio, porque la crueldad de esta pandemia reside en la velocidad de propagación a través de asintomáticos. Unidad, confianza en la comunidad científica y agradecimiento al apoyo que empresas como MAPFRE -la primera en comprometerse, con una donación de 5 millones de euros para apoyar a la institución- han realizado al CSIC mueven las reflexiones de este investigador que ha dedicado su vida a luchar contra los virus que han atenazado al mundo.

Pregunta: Su vacuna ha superado ensayos de inmunogenicidad en animales y están o van a empezar ensayos clínicos. ¿En qué punto está su proyecto?

Desde el punto de vista del candidato vacunal MVA-CoV2-S que hemos desarrollado, tenemos ya presentada una patente. Este candidato vacunal está en producción por una empresa gallega y se están fabricando lotes clínicos. Estamos también preparando el dossier para someterlo a la Agencia Española del Medicamento y a la Agencia Europea, con lo cual lo tenemos bastante avanzado. Hemos presentado igualmente un artículo científico y acabamos de recibir los comentarios, bastante positivos, sobre el desarrollo de la vacuna y hemos establecido colaboraciones con la Universidad de Lovaina para un ensayo en hámster y otra colaboración con el Centro de Primates No Humanos de Holanda. Estamos programando iniciar la fase clínica 1, con unos cien voluntarios, y la fase 2, con 500, que se producirán de forma casi simultánea, a principios de 2021. Al mismo tiempo estamos produciendo otros candidatos vacunales alternativos, por si se desarrollan resistencias o no resultaran suficientes las actuales vacunas para proteger de forma elevada, como segunda generación y un espectro de acción más amplio y que puedan tener reactividad cruzada frente a otros coronavirus.

Y además, hemos leído que el equipo de su colega Luis Enjuanes prepara “la vacuna más compleja del mundo”, la única en la que se utiliza una modificación genética del virus.

Sí, también van avanzando muy bien. El equipo de Luis Enjuanes, experto mundial en coronavirus, está desarrollando otro candidato vacunal basado en la secuencia del genoma del coronavirus en forma de replicon, al cual le han eliminado las zonas de virulencia y como ellos siempre dicen, va más lento por la complejidad del mismo. Lo tendrán a finales de 2021, con la confianza de que producirá mayor amplitud en la respuesta inmune y eficacia.

¿En qué momento podrán decirse a sí mismos: hemos logrado lo que buscábamos como científicos?

Cuando demostremos que la vacuna es altamente eficaz y segura. Ése es el objetivo.

¿Podemos tener garantía de que habrá vacunación segura, venga de donde venga, a finales de 2021?

Sí, totalmente. Conociendo a las agencias reguladoras, y aquí me estoy refiriendo a la EMA europea y a la FDA americana, a los investigadores que están detrás de algunas de estas vacunas y el compromiso de las multinacionales de no sacar ninguna que no sea totalmente segura para la población, tengo total seguridad y la tranquilidad de que se va a cumplir. Podrá tener algún efecto no previsto, como ocurre con cualquier medicamento, pero eso es algo normal. 

¿Qué podemos esperar entonces los ciudadanos?

Pues lo que me acaba de ocurrir a mí, que antes de ayer me vacuné contra la gripe. Fui tan tranquilo, me puse la inyección y salí pensando en lo que habría sido si fuera la vacuna contra el coronavirus, un acontecimiento. No nos damos cuenta del beneficio tan enorme que tienen las vacunas para la humanidad en términos de salud. Estamos deseando todos que llegue ese momento, y llegará.

Y ese momento no tendrá nacionalidad, no tendrá etiqueta… 

No la tendrá en absoluto. Yo pregunté a la enfermera lo que era, por su procedencia, ¡pero por curiosidad científica! Y me dijo claro que sí, tenga usted [mostrándole la etiqueta]. Nadie se preocupa del origen de la vacuna, el concepto general es ir, ponérsela y ya está. A la gente lo que le importa es saber que va a estar protegida.

“No nos damos cuenta del beneficio tan enorme que tienen las vacunas para la humanidad en términos de salud”. 

Desde el CSIC acaban de emitir recomendaciones de ventilación para reducir el riesgo en determinados espacios, ¿cómo debemos los ciudadanos interpretar estos cambios, por ejemplo la asunción ahora de que el virus se transmite por vía aérea? 

Vamos aprendiendo mucho de esta infección. Fíjese que aparece en China en diciembre [de 2019] y los primeros casos en España, a finales de enero y, al principio, pensábamos que no iba a ocurrir una infección generalizada. Como en los casos del SARS CoV y el MERS, hemos ido aprendiendo mucho del conocimiento del virus y sobre su diseminación en la población. Y gradualmente vamos adoptando medidas que son barreras físicas: tratar de controlar y evitar contagio con la mascarilla, con la distancia, lavado de manos, circulación de aire y, sobre todo cuando estás en ese núcleo pequeño de personas que conforman nuestro entorno familiar. Si aparece, se deben tomar medidas, y cuando no, estar más relajado y tranquilo. Lo que nos está enseñando el virus es el confinamiento y a intentar protegernos en la mayor medida posible. Es cierto que el virus es minúsculo y puede trasladarse en partículas muy pequeñas como son los aerosoles, pero para que se inicie una infección se necesita una dosis suficiente; si es muy baja, el organismo tiene capacidad para eliminarla rápidamente. 

Imagen de archivo del CNB. Mariano Esteban, con su equipo, sexto por la izquierda.

De cara a las próximas fiestas en buena parte del mundo, ¿recomiendan algo extraordinario? ¿En qué situación vamos a encontrarnos?  

Extraordinario sería celebrarlas tal y como estamos acostumbrados, cosa que no va a ocurrir. Esto va a continuar y vamos a tener un aislamiento, un confinamiento que se va a poner muy severo, según todos los pronósticos. No vamos a tener controlado el contagio, ni habremos logrado niveles bajísimos o ausentes de contaminación para entonces, aunque habremos aplanado bastante la curva. Creo que vamos a seguir así hasta bien avanzado 2021.

En estos meses que han transcurrido, ¿cómo ha cambiado su visión con respecto a este virus SARS CoV -2? ¿Hay algo que le haya sorprendido?

Normalmente todos los virus aparecen, desaparecen… Pero éste es persistente, se está manteniendo en circulación porque tiene la “ventaja añadida” de manifestarse en gran medida de forma asintomática y eso lo que hace, en un periodo de días o una semana, es que tiende a transmitirse sin que se note. Solo cuando una persona tiene fiebre, malestar, congestión… Eso es lo más cruel de este virus: que es muy difícil de eliminar salvo con la vacuna, que es como lo conseguiremos. Si no, vamos a estar dando saltos de aquí para allá, pensábamos que Francia, Reino Unido, Italia u Holanda lo tenían controlado… Y otro rebrote, otra oleada, y es por la facilidad que tiene sin que se note, sin que las personas se esteren, de infectar. Cuando infecta, en una población grande, no lo notan. Solo sí lo notan y se aíslan cuando se manifiesta de forma suave, o si acuden al hospital cuando ya afecta al pulmón con problemas respiratorios.

¿Qué ocurre en España?

Nuestra propia idiosincrasia, nuestra incapacidad para ponernos de acuerdo. Porque la comunidad científica es homogénea. Presentas algo, das una hipótesis o presentas unos resultados y son claros. Fuera, se genera la confusión. La sociedad esperaría que todos nos pusiéramos de acuerdo y actuáramos todos a una, eso sería unidad, pero lo que pasa es que todos opinan, todos consideran que lo que uno dice es contrario y debe ser rebatido. La propia naturaleza de heterogeneidad que hemos tenido en nuestro país, de mezcla de poblaciones durante siglos ha hecho que hemos creado una población muy interesante, muy cualificada para emprender cualquier cosa, pero no somos capaces de ponernos de acuerdo. Cuando podríamos ir a mucha velocidad, vamos al ralentí.

¿Qué es “confianza” para un científico con su nivel de responsabilidad?

A mí me da confianza la comunidad científica. Llevo muchísimos años y se basa en hechos reales, demostrados y contrastados siempre. Tiene que estar todo contrastado con hechos; ése es el argumento científico. Estoy en un comité asesor, emitimos informes muy trabajados, a disposición de toda la sociedad, colgados en la página web del ministerio. Pero sale un tuit, y luego la respuesta, y se hace más caso que a evaluaciones o valoraciones por personas muy cualificadas, porque son muchas páginas. Lo que se busca son tres o cuatro líneas, vamos muy acelerados, sin los criterios de exigencia y calidad que se piden en los sectores profesionales. Ahí fallamos. Hay muchos bulos y eso desgraciadamente confunde a la población.

“En MAPFRE fuisteis los primeros en acercaros al CSIC, un motor catalizador”.

¿Qué mensaje le parece importante recalcar sobre la situación que tenemos en estos momentos?

Tenemos que mantener la responsabilidad. Hay criterios muy positivos desde la Administración, que debemos seguir, porque si no esto es un caos. A nivel internacional, soy también asesor de la OMS, tenemos estos próximos días una reunión sobre en qué medida está el mundo protegido frente al virus de la viruela, y seguimos trabajando siempre bajo el auspicio de la Organización para todo tipo de enfermedades y prevenir que aparezcan. Siempre estamos vigilantes. Lógicamente en esta pandemia se han cometido errores, como cuando haces experimentos, pero se trata de interpretarlos e introducir modificaciones. Creo que el mensaje es que tenemos que seguir las recomendaciones, cumplirlas y tratar de evitar la extensión de la pandemia. Sobre todo, estar muy concienciados, tenemos el virus alrededor y tenemos que hacer el esfuerzo mayor para evitar contagiarnos. Y que se tenga confianza en la comunidad científica, que somos los que mayor responsabilidad tenemos para doblegar al virus mediante los procedimientos que están en nuestra mano: métodos rápidos de diagnóstico, medidas terapéuticas, desarrollo de nuevos fármacos o terapias que controlen, y desarrollo de vacunas. Estamos en ese proceso y avanzando rapidísimamente. Seamos pacientes, pero mantengamos la alerta en todo momento.

¿Cómo se emplean y cuán importantes son las ayudas proporcionadas por las empresas y para qué? ¿Cómo avanzan los proyectos en los que está trabajando el CSIC que han contado con respaldo empresarial?

La propia institución está ayudando mucho, gracias a aportaciones como la de MAPFRE. El CSIC está en una posición muy positiva y está potenciando la investigación de cara a esta pandemia, para que los investigadores tratemos de utilizar nuestros conocimientos para combatirla a todos los niveles: con métodos más rápidos de diagnóstico, con métodos terapéuticos, vacunas, tratamiento de patologías en las personas afectadas… Gracias a las ayudas se han desarrollado nuevos procedimientos rápidos de diagnóstico, se están identificando fármacos con capacidad antiviral y desarrollando varios prototipos de vacunas contra SARS-CoV-2. La institución contaba con escasos recursos, lo que conseguían los investigadores para proyectos o los presupuestos de la institución. Creo que es la primera vez que en España se toma una posición de ayudar a la institución desde la sociedad civil y empresarial en forma de donaciones, lo que es encomiable. Desearía que este mecenazgo se establezca como algo normal, como ocurre en otros países (Reino Unido, Estados Unidos u otros). En MAPFRE fuisteis los primeros en acercaros al CSIC, un motor catalizador.