El valor social del seguro

Pablo Cerezal
Las compañías aseguradoras funcionan como un mecanismo de protección social que cubre cada día a un mayor porcentaje de personas. Fomentando la accesibilidad al seguro, se logra garantizar el bienestar de todos los grupos de población, incluidos los que tienen mayor riesgo de vulnerabilidad, como las personas con discapacidad o las que cuentan con ingresos económicos reducidos.
En 1943, el psicólogo estadounidense Abraham Maslow publicó Una teoría sobre la motivación humana, ensayo que alcanzó una inmediata notoriedad en los campos de la psicología y del desarrollo social. En esta obra, formuló una jerarquía de las necesidades humanas que sigue teniendo validez en la actualidad. La conocida como pirámide de Maslow establece cinco niveles de necesidades que tiene el ser humano, especificando que conforme se satisfacen las más básicas, situadas en la parte inferior de la pirámide, pueden ir desarrollándose las siguientes.
La protección y la seguridad se encuentran en el segundo escalón de la pirámide, inmediatamente después de las necesidades fisiológicas que aseguran la supervivencia. Protección frente a los riesgos y eventos adversos que pueden acaecer en la vida es justamente lo que aportamos las compañías aseguradoras. Somos agentes fundamentales a la hora de dinamizar cambios necesarios para el progreso social. Los riesgos forman parte de la vida y, al incentivar a nuestros asegurados con la protección necesaria frente a estos, logramos minimizarlos y, por tanto, favorecer al conjunto de la sociedad. De esta manera, además, aumentamos las inversiones en proyectos que fomentan un valor social de indudable calado.
No debemos olvidar que la propia actividad financiera de las compañías aseguradoras implica un indudable beneficio para la sociedad al distribuir los riesgos. Cuando contratamos un seguro estamos asumiendo con nuestra aportación (junto a la de otras muchas personas) cubrir los gastos que generen los siniestros que sufran unos pocos. Un mecanismo de protección que figura, por tanto, en nuestro ADN social, y que cubre a un importante porcentaje de la población.
Los seguros representan una red de protección que favorece el progreso económico y la cohesión social. Una red cada día más amplia y sostenible, ya que facilita el acceso al seguro a todos los grupos de población, incluidos aquellos más vulnerables, como las personas con discapacidad o aquellas que cuentan con ingresos económicos reducidos. El último análisis de The Landscape of Microinsurance 2024, asegura que en los últimos tres años ha habido un aumento del 70% de las personas aseguradas a nivel global. En el caso de España, por ejemplo, más de 12 millones de personas cuentan con seguro médico y 21 millones con seguro de vida que ofrezca protección a sus seres queridos en caso de fallecimiento, según la última Memoria Social del Seguro.
No dejar a nadie atrás
Desde MAPFRE, llevamos años invirtiendo en el compromiso social al favorecer la accesibilidad al seguro de todos los grupos de población. Además, para ampliar nuestra función social, desarrollamos diferentes programas que promueven la inclusión y la diversidad, la empleabilidad de las personas, una cultura financiera y aseguradora que ayude a tomar las decisiones óptimas en cuestiones patrimoniales y modelos de gestión sostenibles en toda nuestra cadena de valor.
Para evitar que ningún grupo poblacional sea discriminado y vea dificultades para acceder al seguro, hemos establecido acuerdos con diversas entidades sociales. En base a dichos acuerdos, hemos podido lanzar programas específicos para grupos de población en situación o riesgo de vulnerabilidad.
El asesoramiento en materia financiera y fiscal es de una importancia vital para todos los grupos de población de nuestra sociedad. Gracias a la adquisición de una buena cultura financiera y aseguradora, las personas pueden maximizar el ahorro, valorar con mayor conocimiento sus decisiones de inversión, incrementar el volumen de sus pensiones y, en definitiva, mejorar su calidad de vida. En MAPFRE tenemos un fuerte compromiso tanto con la igualdad como con el vulnerable entorno rural. En España tenemos un acuerdo con la Confederación de Federaciones y Asociaciones de Familias y Mujeres del Medio Rural (AFAMMER) y, gracias a él, podemos brindar asesoramiento financiero, fiscal y de planificación sucesoria a sus más de 180.000 asociadas en toda España.
En este mismo aspecto, el segmento de población más joven también forma parte de nuestras prioridades de asesoramiento. Hemos lanzado la campaña Get ready with MAPFRE (#GRWMAPFRE), orientada a la Generación Z, a través de la red social Tiktok para proporcionar contenidos educativos, prácticos y útiles que les ayudarán a tomar decisiones relacionadas con el riesgo, el ahorro y las finanzas.
La función social del seguro a la hora de proporcionar protección y seguridad a la población se revela especialmente cuando fomenta la accesibilidad al mismo a los estratos sociales con más escasos recursos económicos. En esta línea, también hemos lanzado en Brasil MAPFRE na Favela. Gracias a este ambicioso proyecto, millones de personas que viven en infraviviendas situadas en las afueras de ciudades como Rio de Janeiro o São Paulo se están pudiendo beneficiar de microseguros que les ayudan a costear gastos básicos como los de salud y vivienda. Igualmente, gracias a los resultados obtenidos de investigaciones previas, el proyecto está logrando ayudar a numerosos microemprendedores habitantes de las favelas a desarrollar sus modelos de negocio.
Conscientes de que la falta de cobertura adecuada afecta con mayor gravedad a personas y comunidades que pueden verse más afectadas por fenómenos medioambientales, apoyamos al sector asegurador de países en desarrollo ofreciendo protección ante posibles catástrofes naturales y facilitando el acceso al seguro a su población.
Más allá de la población más vulnerable, para otro colectivo social muy importante, las personas mayores y sus familias, hemos lanzado en España el programa Generación Senior, que provee a esta amplia franja poblacional de productos aseguradores y coberturas adaptadas a sus necesidades específicas. El programa cuenta también con una serie de servicios gratuitos, como el teléfono dorado o la farmacia a domicilio, que ayudan a combatir, tanto en su aspecto físico como psicológico, la soledad en que muchas de estas personas viven.
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