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SEGUROS| 11.04.2024

Si el cielo se convierte en carretera, habrá seguros para coches voladores

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Ni pájaros, ni aviones. Son coches surcando el cielo. ¿Te parece algo disparatado o de ciencia ficción? Aunque no te lo creas, la posibilidad de movernos en un auto volador cada vez está más cerca. Estos vehículos representan el futuro de la movilidad a pesar de que su desarrollo implique numerosos desafíos tecnológicos y regulatorios.

Hace años, películas como Blade Runner, El Quinto Elemento y otras obras visionarias nos mostraron imágenes de coches surcando el cielo y ahora, como confirma Iker Laso, Investigador de Aviónica y Sistemas de UAV de Tecnalia, “los coches voladores son una realidad emergente y también representan el futuro de la movilidad”.

Aunque todavía no son automóviles que vuelan en sentido estricto, entes públicos y privados están desarrollando modelos que, en su mayoría, se parecen más a pequeños helicópteros o drones gigantes. En estos proyectos, según el experto, “se está poniendo mucho énfasis en que su operativa sea relativamente sencilla e intuitiva para que puedan ser pilotados por personas no profesionales e, incluso, que operen de forma completamente autónoma”.

Beneficios importantes

Los coches voladores pueden aportar beneficios muy importantes a la movilidad actual. Al proporcionar una nueva dimensión de movimiento, pueden contribuir a la descongestión del tráfico rodado en las ciudades. Imaginemos la cantidad de tráfico que podríamos canalizar si, al igual que en la aviación convencional, se utilizaran distintos niveles de vuelo, colocando carriles, rotondas y salidas aéreas virtuales a diferentes alturas.

Otras ventajas serían la reducción de contaminación —al ser en su mayoría vehículos eléctricos— y la accesibilidad, ya que proporcionarían una excelente forma de transporte para áreas que actualmente no están bien conectadas por las infraestructuras existentes.

Desafíos tecnológicos y retos pendientes

Sin embargo, su desarrollo también conlleva numerosos desafíos tecnológicos y regulatorios. El primero, la seguridad. Si queremos que los coches voladores vuelen sobre nuestras calles, parques y edificios, es necesario que demuestren una fiabilidad elevadísima. Y en esto, según Iker Laso, “no solo se trata de mitigar el riesgo más evidente, como sería la caída del propio vehículo, sino también de garantizar la capacidad de evitar colisiones con obstáculos u otros vehículos aéreos con los que compartan espacio”.

La creación de leyes y regulaciones para controlar el tráfico aéreo es otro reto significativo. Las normativas, que aún no están definidas, especificarán los lugares en los que un coche volador podría despegar, viajar por el aire o aterrizar. También habrá zonas restrictivas, horarios de navegación aérea, reglas de distanciamiento, etc. En este sentido, “el reto, en sí, no es que un coche pueda volar en un entorno urbano, sino que muchos vehículos puedan hacerlo en un espacio reducido de forma coordinada, segura y eficiente”.

Por último, cabe destacar el reto de la eficiencia energética. Dado que los coches voladores van a operar en ciudades, se está dando una gran importancia a que sean silenciosos. Para ello, se está apostando mayoritariamente por sistemas de propulsión eléctricos. “Optimizar la eficiencia de estos sistemas y del almacenamiento de energía es una de las prioridades y retos tecnológicos más importantes en la actualidad”, confirma Iker Laso. 

 

Comercialización y ejemplos

Nos falta saber cuándo pueden estar listos para su comercialización masiva, lo que parece todavía una incógnita. En general, manifiesta Iker Laso, “se suele decir que la década actual, la de 2020, es la del desarrollo de estos vehículos aéreos, y se espera que la década siguiente, la de 2030, sea la de la implantación, en la que empezaremos a verlos volar en nuestras ciudades”.

Mientras tanto, en la última edición del Mobile World Congress (MWC) de Barcelona hemos podido observar un ejemplo del primer prototipo de coche volador de la empresa Alef Aeronautics, con sede en California (EE.UU.). El vehículo tiene el certificado de aeronavegabilidad de la Administración Federal de Aviación de los Estados Unidos, por lo que en los próximos meses podrá realizar las primeras pruebas de vuelo. Se conduce como un coche normal y puede circular tanto por tierra como por aire.

Grandes firmas como Google o Airbus también están desarrollando sus modelos y Uber se está preparando para ofrecer servicios de transporte en vehículos aéreos personales. Por otro lado, el Ayuntamiento de Chicago (EE.UU.) ha anunciado que en 2025 pondrá en marcha su primer servicio de aerotaxis, esperando implementarlo de forma masiva en su red de transporte público para 2040. Y en Dubái (Emiratos Árabes Unidos), están contemplando empezar a utilizar taxis aéreos en 2026.

¿Cómo será su seguro?

No cabe duda de que tarde o temprano veremos coches volando sobre nuestras ciudades, aunque ya te advertimos de que no parece que vayan a ser baratos.

Ante esta nueva realidad, será necesario dar respuesta a otros aspectos que hoy afectan a los vehículos tradicionales, como la necesidad de contratar un seguro. Dejaremos para más adelante cómo puede ser su cobertura aseguradora. De momento, aunque tu automóvil no pueda volar, sí necesitas esta protección obligatoria. En MAPFRE podrás encontrar un seguro adaptado a tus necesidades y al tipo de coche.

 

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