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ECONOMÍA | 07.09.2023

Cómo enseñar educación financiera a los más pequeños, y sin salir de casa

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La educación es, sin duda, uno de los pilares más importantes de la paternidad. Tanto en casa como en el colegio el foco está puesto en que los más pequeños entiendan la importancia de las relaciones humanas, el lenguaje o la salud, disciplinas necesarias para su correcto desarrollo, pero ¿y qué hay del valor del dinero?

Según los datos del informe PISA, creado por la OCDE (Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos), uno de cada cuatro adolescentes no tiene ningún conocimiento financiero, y concluye en la necesidad de mejorar esta materia en la población joven. Saber gestionar tus ingresos es un elemento imprescindible de la vida adulta, por ello debemos entender la necesidad de proporcionar una buena educación financiera desde la infancia y aprovechar las altas capacidades de aprendizaje de los niños.

¿Cómo podemos dar una buena educación financiera desde casa?  

  1. Habla de dinero

Es muy importante que ya desde pequeños empecemos a introducir a los pequeños qué es el dinero y cuál es su utilidad. Hay que marcarles unas pautas para que entiendan que el dinero forma parte de nuestro día a día, que se gana con el trabajo, que no es infinito, y que sirve para pagar cosas importantes.  Muchas veces tendemos a evitar hablar de dinero con ellos y, pese a que algunas cuestiones no es necesario compartirlas, siempre es mejor hablar con naturalidad del tema para que el día de mañana se sientan cómodos hablando del tema y no lo consideren un tabú.

  1. Fomenta el hábito del ahorro

El ahorro es uno de los aspectos más fáciles de introducir en los niños, y de hecho se hace sin prácticamente darnos cuenta. El ejemplo más claro es el momento de regalarles una hucha, de esta manera se les ayuda a fijar un objetivo de ahorro para poder comprar algo que les ilusione. Así mismo, sentirán esa motivación por tener sus propios ahorros, gestionar el dinero y entender el esfuerzo y responsabilidad que hay detrás de conseguir aquello que quieren. También puedes darles ejemplo con la gestión de tus propias finanzas y explicarles cómo trabajando y ahorrando se ha conseguido ahorrar la cantidad necesaria para poder realizar una actividad en particular.

  1. Concédeles una paga

Para que puedan implementar este hábito de ahorro y aprender a administrar el dinero que reciben, darles una paga puede ser una de las formas más efectivas. Concederles una cantidad fija de dinero cada semana o cada mes, hará que vean también el carácter limitado que tiene y que deben gastarlo en las cosas importantes, ya que no pueden comprar todo lo que querrían. La cantidad de dinero de la paga tiene que ser acorde a la edad y aumentar de manera proporcional al crecimiento del niño. Además, puedes asociar una serie de tareas domésticas a la paga, para que además de la cultura del ahorro incorporen la del trabajo y esfuerzo.

  1. Enséñales a comprar de forma inteligente

Asimismo, hay que enseñarles a los niños a ser consumidores responsables y deben distinguir lo que realmente necesitan e identificar el exceso de caprichos, y ser consecuentes con las decisiones que toman. Es importante que entiendan conceptos como el precio, lo caro, lo barato y los descuentos y ofertas. Cualquier visita al supermercado se puede convertir en una interesante y divertida lección sobre finanzas domésticas a la vez que se llena el carrito.

  1. Hazles partícipes de las finanzas domésticas

Deja que formen parte de algunas de tus gestiones del día a día. Si tienes que ir al banco a ingresar dinero, o renovar una tarjeta de crédito, déjales participar. Es importante que desde una edad temprana los niños se familiaricen con conceptos relacionados con el mundo bancario y entiendan el tipo de gestiones que hay detrás de unas finanzas sanas.

  1. Ayúdales a formarse en educación financiera con aplicaciones y libros

Para tratar este aspecto también existen en el mercado recursos educativos como libros, juegos e incluso diversas aplicaciones con las que los niños podrán aprender sobre educación financiera de forma divertida y dinámica como, por ejemplo, Life Hub, Saving Spree, Banqer, etc.  Estas aplicaciones suelen ser o incorporar formatos de juegos rápidos y entretenidos que, además de enseñarles, también servirán de ocio para ellos.

Cada niño tiene una edad y unas características determinadas, adapta estos consejos a sus capacidades e inquietudes y recuerda hacerlo de manera continua y coherente con vuestro día a día. A fin de cuentas, lo más importante es que para ellos sea un aprendizaje más y que lo incorporen en su manera de ver y entender el mundo. 

En MAPFRE tenemos el compromiso de promover la educación financiera, por ser una herramienta imprescindible para tomar decisiones financieras responsables y, al mismo tiempo, un instrumento esencial para promover el conocimiento en estas materias.

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