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SOSTENIBILIDAD | 30.09.2024

¿Cuál es la diferencia entre cadena de valor y cadena de suministro?

Carmen Toro

Carmen Toro

Mientras que la cadena de suministro puede encontrarse de manera «natural» en cualquier empresa, la cadena de valor requiere de un compromiso y apuesta firmes de la compañía por aportar un beneficio añadido a sus consumidores y al entorno en sí. ¿Pero qué diferencia ambos conceptos? 

Un célebre buscador de Internet ha implantado el desarrollo y mantenimiento del algoritmo de búsqueda y el desarrollo de servicios adicionales como mapas, correo electrónico o un sistema operativo para dispositivos móviles. Sus actividades secundarias incluyen la gestión masiva de datos, sistemas tecnológicos (centros de datos globales) e infraestructura (plataforma en la nube). La empresa destaca también por tener un motor de búsqueda superior al de su competencia, que ha revolucionado el acceso de los usuarios a la información. Además, ha creado una efectiva plataforma publicitaria que posibilita a las empresas llegar con cierta precisión a clientes potenciales. Su constante innovación mantiene a esta compañía como líder en el campo tecnológico. 

Cualquier empresa busca el objetivo de obtener una rentabilidad; de igual modo que cualquier cliente que adquiere un producto o servicio tiene la intención de obtener algún tipo de beneficio. Es aquí donde entran en juego los conceptos de cadena de valor y cadena de suministro. 

Tanto la cadena de valor como la cadena de suministro son fundamentales en la gestión empresarial de cualquier compañía, pero, aunque están interrelacionadas, generan resultados diferentes en el proceso de producción y distribución de bienes y servicios.  

Comprender la diferencia entre ambas es fundamental para entender cuáles son las prioridades de las empresas y el valor agregado de sus acciones. 

¿Qué es la cadena de suministro? 

La cadena de suministro es la compilación de todos los procesos involucrados, directa o indirectamente, en satisfacer las necesidades de suministro. Es decir, es el conjunto de actividades, instalaciones y medios de distribución necesarios para el proceso de venta de un producto o servicio. Esto incluye todos los pasos necesarios para «dar vida» al producto, desde la búsqueda de materias primas, la propia elaboración y su distribución, hasta que llega al consumidor final. 

La cadena de suministro consta de tres elementos básicos: suministro (obtención de materias primas), fabricación (transformación de aquellas en productos) y distribución (entrega al consumidor final). Su objetivo es satisfacer de la manera más eficiente posible las necesidades básicas que el cliente espera resolver y para ello es necesario cumplir con algunos parámetros, como el manejo eficiente de inventarios, la entrega a tiempo o una buena adaptación a posibles cambios en la demanda o la oferta.  

Todas las empresas constan de una cadena de suministro, pero no necesariamente de una cadena de valor. 

¿Qué es la cadena de valor? 

La cadena de valor es una herramienta de análisis estratégico que sirve para determinar la ventaja competitiva de cualquier empresa, con el objetivo de mejorar su rentabilidad. Es decir, es un conjunto de estrategias y acciones diseñadas para agregar valor a los clientes de forma directa. Está vinculada directamente a las actividades de la organización, con el valor que aportan a los consumidores y con las ganancias derivadas de las mismas. Esto enlaza con el ejemplo inicial, en el que se aprecian claramente las estrategias y acciones de la compañía para agregar valor a sus clientes. 

En este sentido, en MAPFRE hemos implantado un Plan Corporativo de Huella Ambiental a 2030, cuya línea de trabajo denominamos «compra verde», con el objetivo de desplegar un modelo de adquisición de productos y servicios, en cuya valoración se incluyan aspectos ambientales que aseguren el mínimo impacto ambiental durante su ciclo de vida. Para ello, incorporamos nuevos criterios de compra y una clasificación ambiental de proveedores estratégicos, en los que damos prioridad a aquellos con mejor desempeño ambiental. 

De hecho, uno de los pilares que da sentido a nuestra cadena de valor es nuestro compromiso con la sostenibilidad y el medio ambiente. Llevamos a cabo diferentes estrategias y acciones a nivel global, como la reducción de nuestra huella de carbono en un 25 %, o la inversión de más de 33.000 millones de euros, clasificada con criterios ESG. 

La cadena de valor también examina en profundidad las actividades de la empresa para tratar de entender sus costes, sus fuentes actuales y la ventaja competitiva respecto a los competidores. Esta herramienta permite optimizar los procesos de manera eficiente, incrementar la producción y lograr el objetivo de cualquier empresa: fidelizar a sus clientes. 

Dentro de la cadena de valor, hay actividades primarias y secundarias. Las primeras son las que añaden valor al producto o servicio que vende la compañía. Por ejemplo, las operaciones logísticas, el marketing y ventas, y el servicio posventa. Las secundarias incluyen la gestión general y financiera de la empresa, sus inversiones en infraestructuras y tecnología, los recursos humanos, la tecnología, el I+D o las compras y aprovisionamientos. 

Nuestra cadena de valor, más allá de la empresa 

Desde MAPFRE, además, tenemos un compromiso social vinculado a nuestra cadena de valor, que involucra también a nuestros proveedores. Hemos implantado un modelo de gestión sostenible que tiene la misión de orientar y consolidar todas las acciones llevadas a cabo con los proveedores para garantizar que las mismas estén alineadas con nuestro enfoque de sostenibilidad. Este modelo conlleva normas de conducta, cláusulas ESG, sistema de homologación en sostenibilidad y auditorías o sistemas de mejora continua. 

Además, hemos establecido un modelo estratégico de compras a proveedores, que se ha definido de forma centralizada, pero que se ejecuta de forma descentralizada a través de nuestros grupos de compra en los diferentes países, ya que funciona con autonomía para contratar en función de las diferentes circunstancias y prioridades del país concreto. 

Compromiso con el beneficio añadido 

En conclusión, aunque a veces pueden estar interrelacionados y compartir acciones o procesos, los conceptos de cadena de suministro y cadena de valor son diferentes en su finalidad: mientras que la cadena de suministro está presente en cualquier empresa de manera «natural», la cadena de valor requiere de un compromiso firme de la compañía, relacionado con el deseo de aportar un beneficio añadido al cliente final y al entorno.   

 

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