INNOVACIÓN | 20.05.2025
Asegurar la vida larga: cómo la longevidad está reinventando el sector de los seguros
La esperanza de vida ha experimentado un notable crecimiento en los últimos años. Este fenómeno demográfico, conocido como la «revolución de la longevidad» está transformando profundamente diversos sectores, siendo el de los seguros uno de los más impactados y ante lo que la industria ya se está reinventando de la mano de la innovación.
En España, por ejemplo, esa esperanza de vida se sitúa ya en torno a los 83 años y las proyecciones apuntan a que muchas personas podrían alcanzar o incluso superar los 100 años en este siglo. En EE.UU., el dato se encuentra en los 79 años; en Brasil, en los 76 años, y en México, en los 75.
Esta longevidad plantea una serie de retos para las economías y para la sociedad en general, desde un aumento de enfermedades crónicas, la creciente presión sobre los sistemas de salud y pensiones, hasta la necesidad de garantizar una calidad de vida adecuada durante más años. La industria aseguradora, como sector de personas y para personas, tiene en su mano generar oportunidades únicas como respuesta a las nuevas realidades de una población que envejece, adaptando sus productos y servicios de la mano de estrategias y fórmulas innovadoras.
Cambio de paradigma: del seguro tradicional a soluciones personalizadas
El informe Insurance and the Longevity Economy de la Asociación de Ginebra destaca la necesidad de que las aseguradoras evolucionen de modelos tradicionales hacia soluciones más flexibles y personalizadas que acompañen a las personas durante todas las etapas de su vida.
Este cambio de paradigma implica ofrecer productos que vayan más allá de la cobertura puntual de siniestros concretos, y que ofrezcan servicios de apoyo, acompañamiento y gestión del bienestar a largo plazo. En este sentido, las aseguradoras juegan un papel más activo en la vida de sus clientes, no limitándose a intervenir cuando ocurre un siniestro, sino acompañando de forma continua.
De acuerdo con este documento, «las aseguradoras de vida y salud desempeñan un papel crucial a la hora de ayudar a las personas a gestionar riesgos financieros y de salud. Sin embargo, los productos y servicios de seguros tradicionales deben evolucionar para garantizar que los períodos de salud —el número de años en buena salud— y los períodos de riqueza —el tiempo con suficientes recursos financieros— se alineen mejor con el aumento de la esperanza de vida».
En este sentido, el sector tiene una ventana de oportunidad enorme para garantizar la cobertura de necesidades de las personas en un momento de envejecimiento poblacional y de relevo generacional. Soluciones innovadoras que atajen el punto donde convergen salud, riqueza y longevidad «permitirán mejorar la productividad laboral, fomentar transiciones de jubilación más graduales y personalizadas, promover la independencia física conforme se produce ese envejecimiento, y complementar los sistemas públicos de asistencia», destaca la Asociación de Ginebra.
El informe La salud que viene, elaborado por MAPFRE en colaboración con Accenture, ya advertía de esta necesidad de cambio hacia modelos de atención más integrales, apoyados en herramientas tecnológicas, centrados en la prevención y la personalización.
Prevención y bienestar: el nuevo enfoque de las aseguradoras
En lugar de actuar únicamente cuando aparece la enfermedad, el nuevo enfoque del sector asegurador debe buscar adelantarse al problema. Las compañías están comenzando a posicionarse como promotoras activas del bienestar, apoyando a sus clientes en la adopción de hábitos de vida saludables.
El informe publicado por MAPFRE incide precisamente en esta idea. Propone pasar de un modelo reactivo a otro preventivo, en el que las aseguradoras colaboren con los sistemas de salud para mejorar la calidad de vida de las personas mayores y reducir la incidencia de enfermedades crónicas. Entre las iniciativas que se contemplan se encuentran el asesoramiento nutricional y el acompañamiento médico en remoto y hasta programas de ejercicio adaptado o asistencia emocional. Este nuevo modelo aporta valor real al cliente, reforzando su vínculo con la aseguradora.
«La salud ha dejado de interpretarse como un ciclo cerrado en el que los profesionales solo actúan si se identifica alguna enfermedad. En la sociedad en la que vivimos, es más importante que nunca frenar la cronificación de patologías y actuar de forma preventiva, de ahí que las aseguradoras estemos haciendo un esfuerzo consciente en iniciativas de prevención de salud física y mental», declara Pedro Díaz Yuste. «En Savia, por ejemplo, ofrecemos servicios de salud 360° donde la prevención es uno de nuestros tres pilares a través de servicios de monitorización remota, soluciones de salud digital en cualquier momento o herramientas para gestionar cualquier preocupación del día a día», añade.
Ecosistemas de servicios
La longevidad está teniendo un alto impacto en tres vértices: disponibilidad económica, salud y tiempo libre. Los consumidores tendrán un estilo de vida cambiante, con elevadas expectativas y que estará tan centrado en navegar por un mundo demasiado complejo que no tendrá interés ni tiempo para ocuparse y pagar por aquello que no le interesa. Ante este contexto, este sector demográfico se hace una pregunta clara y constante: ¿qué hacemos con estos recursos?
Las aseguradoras juegan un papel fundamental para dar respuesta a estos escenarios. Para ello, deben incentivar a las áreas de negocio e innovación a generar un nuevo ecosistema de servicios asociados que vayan desde ofertas de seguros de asistencia en viaje adaptados a su tipología de viajes, hasta nuevos seguros relacionados con el hogar y los cambios en las formas de vida.
En este ecosistema, proveedores de distintas industrias interactuarán para crear valor a partir de datos compartidos. No se venderán productos y servicios aislados, sino experiencias construidas por una multitud de actores. No es suficiente con digitalizarlo todo; la industria aseguradora deberá mantener una visión holística de la vida de una persona y ofrecerle servicios de cuidados adecuados a sus circunstancias.
Impacto social: un papel renovado para el seguro
El envejecimiento poblacional representa un reto para los sistemas públicos de salud y pensiones, cuya sostenibilidad se ve comprometida por el aumento de la demanda asistencial. En este contexto, las aseguradoras tienen la capacidad de complementar los servicios públicos, ofreciendo soluciones más ágiles y adaptadas a las nuevas necesidades.
Sin embargo, esto exige un rediseño profundo de los productos. Las pólizas deben adaptarse a realidades más diversas, contemplando trayectorias vitales no lineales, nuevas formas de familia, modelos de vivienda distintos y cambios en los hábitos laborales. Por otro lado, el sector asegurador juega un papel fundamental en la construcción de una imagen más realista del envejecimiento.
En definitiva, la revolución de la longevidad demanda que el sector de los seguros evolucione con rapidez: no se trata únicamente de adaptar productos, sino de redefinir el papel de las aseguradoras como actores comprometidos con la salud, la prevención y el acompañamiento vital.
La innovación tecnológica, el uso inteligente de los datos y el rediseño de coberturas permitirán ofrecer soluciones más humanas y centradas en la persona y las empresas del sector que se anticipen a esta transformación se convertirán en agentes clave en una sociedad que vive más tiempo y desea vivir mejor.
ARTICULOS RELACIONADOS: