MAPFRE
Madrid 2,276 EUR 0,03 (+1,16 %)
Madrid 2,276 EUR 0,03 (+1,16 %)

SOSTENIBILIDAD | 04.05.2020

José Magro, director de Sostenibilidad de AENOR “La sociedad demanda empresas con valores”

Thumbnail user
La sostenibilidad habla de bienestar, igualdad, consumo responsable y protección del medio ambiente. Son algunos de los valores que promueven muchas marcas y lo que les permite sumar al progreso social y económico. También lo que les permite conectar con la sociedad y mejorar su reputación. Así lo cree el director de Sostenibilidad de AENOR, entidad que ayuda a las organizaciones a revisar sus buenas prácticas en materia de calidad, medio ambiente y responsabilidad social y que acaba de certificar el primer evento sostenible de MAPFRE.

¿Qué es un evento sostenible?José Magro

Es un concepto relativamente nuevo en España, pero que poco a poco está cogiendo mayor peso. Las empresas que deciden organizar un evento de forma sostenible demuestran un compromiso firme con múltiples aspectos, desde la igualdad de oportunidades, a la inclusión y la protección del medio ambiente. También fortalece la transparencia y considera como relevantes a los grupos de interés. Es un trabajo que lleva meses de trabajo, que exige una gran planificación y coordinación para poder cumplir con objetivos y acciones exigentes en todas sus fases y que se evalúa y audita, antes, durante y después de la celebración del evento. La referencia para esta certificación es la norma ISO 20121.

¿Qué tipo de acciones implica un acto de este tipo?

Las empresas que organizan estos eventos consiguen minimizar gran parte del impacto ambiental que genera un acto así, como la generación de residuos, un elevado consumo de recursos (agua y electricidad) y la contaminación atmosférica, acústica y lumínica. También se promueve el uso de transporte público y la bicicleta, como medios para trasladarse al lugar de celebración, se facilita el acceso a personas con movilidad reducida y se opta por usar productos de comercio justo y otros próximos a la localización del evento, lo que sin duda ayuda a reducir el impacto en el transporte.

¿Qué importancia tiene la comunicación en este tipo de actos?

Es un requisito clave desde el primer momento, ya que implica hablar con las partes interesadas de forma proactiva para saber qué esperan del evento, qué impacto podría tener y qué oportunidades podrían generarse, algo fundamental para poner en valor determinadas acciones e incluso nuevos modelos de negocio. En este sentido, obtener feedback es fundamental para planificar con sentido y no dejar a nadie fuera. La comunicación también llega al final. Un evento sostenible implica un esfuerzo y un compromiso que debe comunicarse a la sociedad. Creemos que es muy importante que las empresas que organizan este tipo de actos y reuniones transmitan estos valores a las personas que asisten y que participan, saquen pecho de todas las buenas prácticas ambientales, sociales y económicas que han puesto en marcha y sean conscientes del beneficio que implica para el planeta en su conjunto. Un evento sostenible debe convertirse en un ejemplo a seguir para muchos.

¿Qué beneficios aportan este tipo de eventos?

Hablamos de un evento en el que la sostenibilidad forma parte de todo el ciclo del mismo y donde todos los procesos, desde su planificación hasta su celebración y desmontaje, se realizan con el objetivo de maximizar la contribución a la economía local y la mejora del medio ambiente y el compromiso social. También representan un compromiso con las personas, en concreto con la igualdad, ya que de cara la organización del evento se contrata a hombres y mujeres sin discriminación y se cuenta con personas procedentes de colectivos en riesgo de exclusión social y personas con discapacidad.

 

“La sostenibilidad es un conjunto de valores, que tiene o debe tener una empresa y que la sociedad espera”

¿Cómo ha evolucionado el compromiso de las empresas con la sostenibilidad?

Creo que hacia 2004 y 2005, el que no hablaba de cambio climático y energía no existía y las estrategias de las grandes corporaciones se centraban en ello. Al cabo de un tiempo, entre 2015 y 2016, aparece otra tendencia por parte de Europa, que es la economía circular, y las compañías vuelven a actualizar las estrategias empresariales y se marcan grandes compromisos que hay que bajar al terreno, como en el ámbito de los residuos o la prevención. Ahora, la referencia de actuación son los objetivos de desarrollo sostenible, los ODS, “cajas” donde están agrupadas las grandes cuestiones de la sostenibilidad, donde se agrupa toda la Gobernanza en materia de RSC que puede tener una empresa, y que las organizaciones tienen que analizar para averiguar con cuáles se identifican y pueden aportar. Esto último es muy importante. Es lo que en nuestra jerga denominamos análisis de la materialidad, que no es otra cosa que hacer una reflexión proactiva, interna y externa, con todas las partes interesadas, con el fin de identificar cuáles de estos ODS son relevantes y prioritarios para todos, tener claro el camino y establecer una estrategia coherente.

¿Hacia dónde vamos?

Las tendencias que se marcan en Europa, como territorio de referencia en materia de sostenibilidad, rápidamente se extienden a otros países y vemos cómo países como Chile y Perú, por ejemplo, se han puesto las pilas y van muy rápido en compromisos con el medio ambiente. Europa marca el flujo y lo extiende a otros países, que se convierten en espejos, y eso es importantísimo.

¿Cree que las empresas se apuntan a la moda de la sostenibilidad o lo hacen por convicción?

Considero que se produce un poco de todo y eso se debe principalmente a que existen unas palancas muy fuertes para trabajar por la sostenibilidad. Uno de los motivos son los inversores, quienes tienen muy en cuenta el riesgo reputacional, esa percepción negativa que la sociedad tiene sobre la empresa y que se traduce en la pérdida directa o indirecta del valor de la compañía. Las grandes empresas, las del Ibex, lo tienen claro y lo trasladan a su cadena de valor, lo que significa que la sostenibilidad llega a muchas más. También están aquellas que fabrican y que cada día son más conscientes de la importancia que tiene producir con materiales responsables y hacerse cargo de los residuos que generan. ¿Hace esto que se convierta en una tendencia? Es posible, porque al final todo ello llega a la calle, pero creo que no se trata de una moda pasajera. Considero que perdura en sus estrategias y que impregna todos los sectores, desde el alimentario al de la construcción.

¿Cómo definirías la sostenibilidad?

La sostenibilidad es un conjunto de valores, que tiene o debe tener una empresa y que la sociedad espera. El consumidor sabe lo que está bien y está mal, sabe lo que le llega al corazón y lo que no, y eso hace que elija un producto o servicio determinado. Si utilizamos los ODS como referencia, vemos que existen 17 “cajas” vinculadas a temas como la salud, la pobreza, la educación, la igualdad, la paz o el trabajo decente, con los que las empresas se comprometen a través de actuaciones concretas. Destacaría un factor fundamental en todo ello, que son las alianzas, porque la sostenibilidad no es posible en solitario. Para que funcione bien, debe poder hacerse en equipo. La sostenibilidad es un compromiso de muchos.

 

“Las grandes empresas, las del Ibex, lo tienen claro y lo trasladan a su cadena de valor, lo que significa que la sostenibilidad llega a muchas más”

¿Qué empresas lo están haciendo bien?

Me gusta mucho el caso Iberdrola, porque la sostenibilidad para ellos es un pilar y eso significa que la tienen integrada en toda su estrategia, en su forma de trabajar. De la banca, destacaría su compromiso con la inversión socialmente responsable que, además, es la palanca para que otros puedan actuar, tener recursos económicos que se destinen a proyectos que cuentan con esa variable de sostenibilidad. Y del sector alimentación, por ejemplo, también diría que ha tenido que emprender acciones muy rápidamente en aspectos de economía circular, origen responsable de sus materias primas y trasparencia en el etiquetado de los productos. Todos los sectores tienen capacidad de actuación y eso se está demostrando.

¿Va España por el buen camino de la sostenibilidad?

En la parte ambiental se está avanzando porque cada vez hay más regulación. En el aspecto social, se podría decir que estamos en un nivel leve. Creo que en España tenemos la fortuna de pertenecer a un marco, el europeo, que es líder y que asume compromisos particulares, que ponen encima de la mesa una agenda ambiciosa, como el Pacto Verde, que ha aceptado voluntariamente Europa y que establecerá retos importantes (legales) para las empresas en materia de energía, cambio climático, economía circular y neutralidad, entre otros.